-Estais castigados- dijo Melissa. La vena de su frente parecía que iba a estallar- No, ¡estais supercastigados! ¿¡Cómo se os ocurre hacer semejante estupidez!?-
Ambos mellizos miraban al suelo y se encogían un poco cuando Melissa alzaba mucho la voz.
¿Cómo habíamos llegado a eso?
Ni yo lo sé
Después de mi primera situación paranormal en toda mi vida, la familia al completo irrumpió en mi habitación como alma que lleva el diablo.
Cuando vieron las ventanas rotas y abiertas, al principio pensaron que había entrado alguien pero antes de que se pusieran más locos de lo que estaban ya, les expliqué lo sucedido.
Melissa se puso blanca y Mason fue a por ellos muy cabreado. Los encontró escondidos dentro de su armario. Trajo a ambos a mi habitación y comenzaron el interrogatorio.
Veo que hoy no duermo
-Queríamos hacerle una broma- se escusó Alex, encogiendo los hombros- ¿Cómo íbamos a saber que Abel nos asustaría?-
-¿Es culpa mía que tirárais a mi madre al suelo?- pregunté incrédulo. Madre mía, lo que hacen para no aceptar las culpas- ¿O que entrárais sin permiso a mi cuarto?-
-Ha sido solo una chiquillada- intervino Zac cubriendo a ambos niños con sus brazos. Es su padre, normal que les defienda pero en este caso no solo han tirado a mi madre sino a su hermana también, no entiendo su actitud- Además, no creo que lo hayan hecho con mala intención-
-No estoy juzgando si lo han hecho queriendo o no, el caso aquí es que han invadido mi privacidad- dije contundente. No iba a ceder con semejante tema, nunca- Son unos niños, hacen bromas, lo entiendo. Pero esa urna es todo lo que me queda de mi madre y pensé que al dejarla ahí iba a estar a salvo-
-Como tu dices, no llevas ni un día aquí- dijo Zac serio- No nos conoces y estás en nuestra casa. Mis hijos querían hacerte una broma, sin con mala intención. Además, ¿cómo tienes a mi hermana ahí escondida?-
-¡Zacharias!-reprendió Melissa
-Bueno, teniendo en cuenta que ninguno de vosotros quisisteis saber nada de nosotros ni cuando mi madre enfermó, creo que me da derecho a decidir qué hacer o no con ella- dije duro. Las caras de los tres adultos me miraron con sorpresa por mis duras, pero reales, palabras- Y no solo tiraron a mi madre sino que cuando lo hicieron, salieron corriendo sin pedir disculpas. Eso es de cobardes-
-¿Que has llamado a mis hijos?- preguntó enfadado enarcando una ceja. Dejó a sus hijos detrás y se acercó- Eres un mocoso desagradecido. ¿Te atreves a insultarme después de que hayamos acogido aquí?-
-Si por mi fuera me hubiera ido muy lejos- dije tranquilo. Su presencia oscurecida por la ira no iba a achantarme- En cuanto cumpla la mayoria, ya no me veréis el pelo más-
-Abel, no digas eso- intercedió Melissa. Se puso a nuestro lado. Ninguno quitaba la mirada del otro- Eres familia-
-Mi madre era mi familia y no se muy bien porque os dejó atrás- dije- Tendré vuestra sangre, pero no somos familia-
Mis palabras fueron demasiado duras. Melissa retrocedió un poco impactada.
-Quieres tanto a tus hijos como yo a lo mío- dije volviendo la mirada a Zac- No me hubiera importado que me tiraran un cubo de agua fría o algo similar. Sin embargo, lo que tocaron fue mucho más importante para mí que un posible pequeño resfriado-
- Abel tiene razón tío Zac- habló por primera vez Mason. Por primera vez, Zac desvió la mirada hacia él- Estos dos no paran de hacer bromas. Ayer los gansos, hoy esto. Tienen que medir sus actos. Tienen doce años, no cinco-
YOU ARE READING
EL ALFA Y EL BANSHEE: LOS GUARDIANES DEL ZODIACO
ParanormalAbel Moone de la noche a la mañana ha sido mandado a vivir con la familia de su padre desaparecido desde su nacimiento, de la cual nunca ha sabido nada. Tras la trágica muerte de su madre, no le queda otra que aceptar esta oportunidad aunque no esta...