Capítulo 21: Accidentes Accidentados

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Solo corrí y corrí intentando seguir de cerca a Ethan.

Era demasiado rápido pero por su velocidad y que el bosque no esta a muy limpio dejó un gran rastro que seguir, pero mis piernas no eran las de un cambiante y sinceramente no sabía cuanto iba a durar a ese ritmo.

-Te tengo- alguien me cogió por la cintura e hizo una maniobra para ponerme en su espalda. Me maree un poco por el cambio de velocidad pero en cuanto vi su pelo me relaje un poco.

El viento entraba con fuerza en mis ojos pero esta vez fue mejor que la anterior, por lo menos pude mantenerlos abiertos viendo todo pasar a gran velocidad.

Escuche ruido a mis lados y me fije que no estábamos solos.

A mi derecha se encontraba Sam, corriendo a nuestra altura y a la misma velocidad que Austin. A su derecha, también estaba Linda.

-La próxima vez espéranos enano- dijo Austin- No sabemos lo que pasa-

-Sólo, síguele- dije alzando un poco la vista. Mis intestinos y estómago estaban muy revueltos pero no precisamente por la carrera. Intentaba ver si le veía pero era casi imposible ver a más de dos metros con la vegetación y eso me ponía nervioso. Los ruidos crecía con cada paso y ahora escuchaba voces de personas entre los disparos.

No se cuanto tiempo pasó pero de repente Austin se paro en seco haciéndome ver estrellas y con ganas de vomitar. Enseguida me baje de el y me arrodilló en el suelo. Fui a preguntarle porque habíamos parado cuando su mano tapo mi boca y con la otra me dijo de no hacer ruido.

Después, los tres se agacharon y se arrastraron detrás de unos arbustos que había. No me quedé atrás y me puse a su lado.

Sam hizo, con cuidado, un hueco entre las ramas para que pudiésemos ver los cuatro y lo que vimos quitaba el hipo.

-Escribe al resto- susurro Austin. Sólo note como Sam rebusco en su bolsillo, supongo buscando el móvil- Vamos a necesitar a todos aquí-

Y no era para menos. Había unos encapuchados repartidos por lo que parecía un templo abierto y estaban portando una especie de pistolas brillantes y las estaban utilizando contra las personas que estaban ahí.

Vi a personas correr y ser abatidas por ellos. Otros creaban escudos, protegiendo a la gente y otros simplemente desaparecían o se convertían en animal e intentaban huir de allí.

-Dame un arma- dije tendiendo la mano sin dejar de mirar. Note la mirada de Austin pero no estaba para peleas ahora, por lo menos no de ese tipo- Has dicho todos y yo estoy aquí, desarmado-

Austin me miro unos segundos más antes de resoplar y meter su mano en su cinturón. Saco una daga y la puso en mi palma. Antes de que pudiera guardarla, me agarró de la mano.

-Esto no es como Canadá, Alpine- dijo Austin serio. Hacía mucho que no me llamaba así y si no fuera por la situación en la que no encontramos me haría sentir hasta bien, como en casa- Esto es más peligroso-

-No soy el mismo que en Canadá- dije volviendo mi mirada al frente. Vi a lo lejos una cabellera conocida para mi que se dirigía hacia arriba de la montaña donde se veía sobresalir unos picos con luz-Nada es lo mismo-

Antes de que me detuvieran, me lance al frente sin parar de correr. Lo primero que me encontré en mi camino fue uno de esos encapuchados apuntando hacia una mujer que se encontraba tirada en el suelo. Sin que lo viera venir, me tire al suelo con la suficiente potencia para deslizarme. Pasé por detrás y antes de que pudiera reaccionar, deslice la daga por sus tendones, seccionándolos

Grito muy fuerte, mientras caía de rodillas pero no le duro mucho ya que hundí la daga en la base de su cabeza acabando con su vida sin que se diera cuenta.

EL ALFA Y EL BANSHEE: LOS GUARDIANES DEL ZODIACOWhere stories live. Discover now