Capítulo 17: Los Amantes.

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Jungkook acariciaba el cabello de Taehyung luego de haberse entregado en aquel lugar precioso, el cual acababa de ser testigo de sus actos repletos de amor, sus besos, sus caricias, cada palabra y cada embestida.

Allí, lejos de todo, se sentían libres, perteneciéndose el uno al otro sin ataduras, olvidando por un momento que las cosas no eran tan fáciles como deseaban. Sabían que, al volver, debían seguir fingiendo que nada pasaba, al menos frente a los demás.

—Me encantas. No quiero cansarme nunca de ti, no quiero que te alejes nunca de mi vida, Jungkook, me gustas demasiado. —dijo Taehyung, completamente seguro de sus sentimientos.

—Y tú a mí, bebé, te quiero como no tienes idea. —dejo besos en su sien, teniéndolo entre sus brazos, recostado en su pecho mientras descansaba sobre el tronco de un árbol grueso.

—Y yo a ti. —sonrió, volteando a verlo un poco.

Jungkook lo observó un instante, totalmente perdido y flechado en aquellos ojos miel que tanto le gustaban. Acortó la distancia y lo besó, uniendo sus labios en un lento y cálido beso. Esos eran los favoritos de Taehyung.

—No hay que tardarnos mucho esta vez. Creo que deberíamos volver ya, —habló el azabache, acariciando los rizos rebeldes de su bebé.

—Jungkook... —acarició su pecho descubierto, disfrutando el contacto.— ¿Sabes de qué tengo ganas? —sonrió coqueto, un tanto divertido y atrevido, y Jungkook sabía lo que eso significaba: Andaba pensando en algo pervertido, así que solo esperó a que hablara. — De ser tu puta, pero una de verdad. Quiero que elijas algo que quieras que use para ti y que me lleves a un lugar bonito.

Jungkook estaba sorprendido. Esperaba todo menos eso.

¿En verdad Taehyung estaba dispuesto a dejar que le diera todo lo que tenia ganas de darle hacía tiempo? Sabía como se ponía el rubio con esas cosas y la diferencia de clases que tenían, pero al parecer a Taehyung le ganaba más la lujuria de solo pensar en aquel juego de rol.

—¿Eso quieres? —preguntó Jungkook, aun sin poder creerlo.

—¿No te excita? —sonrió, viéndose entre sensual y adorable.

Jungkook aun estaba sorprendido con su dualidad.

—Claro que sí, amor, me agrada mucho la idea.

—Será cuando tú quieras.

—Está bien. —pensó un instante, imaginando todas las posibilidades.— Si vas a hacerlo... Vas a lucir como yo quiera, ¿No? —Taehyung asintió. Estaba dispuesto a complacerlo.— El sábado. El sábado es un buen día y no hay trabajo. Te llevare a consentir y luego... luego iremos a un lugar lindo.

—Hare todo lo que quieras. —dejo besos cortos y rápidos en sus finos labios, ansioso de solo saber lo bien que la iban a pasar el fin de semana.



***



En la noche, luego de cenar, Yoongi caminaba por la hacienda, esperando a que bajara la comida. No le gustaba echarse luego de comer. Solía hincharse y no le gustaba. Los guardias nocturnos -los cuales eran más luego del intento de robo- simplemente lo saludaban con un movimiento de cabeza cuando les pasaba por al lado.

Rodeando la hacienda, llegó a la entrada. Allí vio como Jimin dejaba los coches bajo techo, pues se avecinaba una tormenta.

Que loco, justo era en quien pensaba.

Paraisos Prohibidos | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora