Capítulo 3: ¿Por qué es así?

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Cuando ambos regresaron a la hacienda Terranova, Taehyung en verdad agradecía que Jungkook no hiciera comentario alguno sobre en donde vivía o porque no había aceptado que le ayudara. No era mentira que se moría de la pena de solo imaginar al azabache entrando a aquel lugar. Rogaba a quien sea para que eso nunca ocurriera.

Pasadas las cinco de la tarde, Taehyung llegaba al fin al cuarto que Yangmi les había asignado. Iban a compartir cuarto luego de que Jimin rechazara la oferta de tener la habitación del antiguo chofer. Se sentía más cómodo durmiendo con su hermano que solo, por lo que estaría detrás de los corrales.

Al menos todos los empleados tenían baño, para no tener que ir y venir al de servicio en la parte de atrás de la casa.

—¿En dónde estabas metido? —preguntó Jimin, realmente preocupado por su ausencia.

—Fui a ver a mamá, estuve allá todo este tiempo. Jungkook me llevo. —lanzó su pequeño bolso de tela a la cama desocupada.

—¿Con Jungkook? ¿No mientes?

No sabía porque, pero a Jimin no se le hacía tan raro saber eso. Por un lado, porque siempre pensó que nadie del tipo de Jungkook se tomaría la molestia, y por otro porque sabía la aventura casual que habían tenido, y era muy probable que por eso el azabache hubiera ayudado a su hermano a ir al pueblo, que, por cierto, no era una zona que gente de alta sociedad visitara.

—Se que no vas a creerme, mañana puedes preguntárselo a él mismo cuando lo veas, pero nos ayudó a pagar los meses que debíamos del negocio.

Jimin se quedó perplejo, ¿acaso había oído bien? Como por arte de magia sus deudas se habían arreglado, y todo gracias a Jungkook, un completo desconocido para él... uno con dinero.

—¿Así como así? ¿Sin nada a cambio? —estaba consciente de que nada era gratis en esa vida.

—Bueno... solo nos descontara de nuestros sueldos. De todos modos, no es muy diferente a como hubiese sido en realidad, porque íbamos a poner todo lo que ganáramos en ese negocio. —desabrochó su camisa.— Al menos lo hizo de ese modo y no por sexo como pretendía, aunque no me quejaba, eh. Jungkook es lindo, pero no debería meterme con él, no de nuevo.

—Que descarado, estaba jugando con tu necesidad. —bufo. Si había algo que odiara, era a la gente aprovechada.— Es tu jefe y así debe mantenerse, aunque no lo veas con esa autoridad. Se que no lo haces, aunque es entendible luego de que te haya jodido el culo.

—Lo sé, y debería decírselo. Además creo que su familia no sabe que le gustan los hombres y eso es un problema. —negó, buscando algo limpio para usar.— Intentare no acercarme tanto a él.

—¿Lo intentaras? —alzó una ceja. O sea que su hermanito ya andaba anticipando que caería de nuevo en sus brazos.— Metete en la cabeza que es alguien imposible.

—Si, no es necesario que me lo repitas. —exclamó con algo de fastidio.— Es difícil cuando es él quien está provocándome a cada rato. Si así fue en un día, no quiero saber lo que me espera de ahora en adelante. No sé si el sueldo lo valga.

—Claro que si lo vale. —se levantó de donde estaba y tomó a Taehyung por los hombros, para que lo viera.— Es un buen trabajo y hay que hacer lo posible por mantenerlo, ¿sí? Piensa que probablemente ese loco se cansara y ya no te dirá más nada.

Taehyung solamente asintió, recibiendo luego un pequeño abrazo.

No tenía idea de cuanto iba a poder soportar con tremendo hombre tentándolo cada día. Jungkook estaba como quería; físico fuerte y venudo, actitud dominante, mirada matadora, piel blanca que contrastaba con la ropa oscura que solía usar. De solo recordar la forma en la que lo había tomado lo volvía loco.

Paraisos Prohibidos | KookTaeWhere stories live. Discover now