Capítulo 9: La Salida de Rose.

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—¿Ya sabes en dónde diablos se metió tu querido hijo? —preguntó Sunhee, bajando las escaleras muy apurada, haciendo que sus tacones resonaran por la sala.

Daehyun volteo a verla. Pudo notar el notable gesto de enfado en su rostro, eso le hizo rodar los ojos, porque si era otra de sus locuras, sinceramente no tenía ganas de soportarla: —Si, acaba de llamar. Quedó varado en el pueblo junto a Taehyung, pero ahora vienen en camino.

Aun seguía pensando en las palabras de Jungkook, en lo raro que era que se quedaran en un hotel solo por esperar unas horas el coche en vez de tomar algo en un café.

Confiaba en que su hijo era un hombre hecho y derecho, sin embargo, claramente lo interrogaría en cuanto regresara.

—Pues como sea, realmente no es importante ahora. —se acercó a donde estaba, cruzada de brazos. — Necesito que llames a la policía, alguien robó mis joyas.

Los ojos de Daehyun se abrieron como platos, ¿un robo a sus joyas dijo? Eso no podía ser posible, todas las personas en esa hacienda eran de confianza y además ella siempre las guardaba en un lugar que nadie conocía.

—¿De qué hablas? ¿Te has fijado bien? —no tardó en subir de dos en dos las escaleras, yendo a revisar por sí mismo. A ver si todavía ella andaba equivocada antes de hacer un escándalo.

—¿Crees que soy tonta? —lo siguió, parándose en el marco de la puerta para ver como Daehyun buscaba en los lugares más obvios rápidamente. — No están, llevo media hora buscando.

—Mejor, en vez de estar parada allí mirando, manda a llamar a todos los empleados y a los de seguridad. Ahora.

Sunhee se fue a su tarea sin rechistar, seguida de Daehyun que se quedó en la sala esperando la llegada de todos. A los pocos segundos, todos los empleados de la casa y Jisung estaban allí, más unos guardias de la hacienda. Nadie entendía que sucedía, pero era evidente que debía ser realmente malo como para que Daehyun estuviera así de serio, con aquella cara de pocos amigos que podía hacer temblar a cualquiera.

—Voy a ser directo porque hoy mi paciencia se agotó rápido. —habló Daehyun, cruzado de brazos con Sunhee a un lado. — Han desaparecido joyas de mi mujer. Y no estoy acusando a nadie, pero al ser nosotros los únicos que estamos entrando y saliendo de la hacienda las veinticuatro horas de la semana, me temo que tendremos que investigar a fondo. Es grave que entre nosotros pase esto cuando les tenemos un alto nivel de confianza.

—¿Han buscado bien? Quizás las extravió. —habló Nayeon.

—Si, lo hemos hecho, y al no encontrarlas, debemos buscar en otro lado. El que nada debe, nada teme.

—Buscaremos entre sus cosas. Si alguien las ha tomado, que hablé ahora y no tendrá represalias por lo que ha hecho. —pidió Sunhee, muy seria también.

—No tengo problema en que revisen. —asintió Rose, encogiéndose de hombros. No le importaba que husmearan en sus cosas, estaba segura de ser inocente.

—Empezaremos por las barracas. —le habló Daehyun a Jisung. — Alista a los vaqueros y demás empleados.

Jisung asintió y salió de la hacienda seguido por su jefe, gritándole a los vaqueros que dejaran sus tareas, que tenían que hacer una revisión importante por robo. Los empleados no tardaron en hacer caso, yendo cada uno a hacer una fila uno al lado del otro.

Jimin se quedó junto a los empleados de la casa, curioso por saber quién había sido tan valiente como para robarle a los jefes en sus caras. Veía como Jisung entraba cuarto por cuarto, revisando las cosas de los vaqueros, para finalmente revisar la que compartía con Taehyung, ya que era la última al ser empleados muy nuevos.

Paraisos Prohibidos | KookTaeWhere stories live. Discover now