Capítulo 18: No tengo miedo.

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Sentado a la mesa, Daehyun esperaba con el ceño fruncido a que sus hijos bajaran a comer. Lo que le había contado Jisung hacia un rato no se iba de su mente, pero la conversación con ese viejo colega lo dejaba tranquilo en cierto modo.

Sentía en su interior que no era la solución, porque, después de todo, Jungkook no era como Seokjin. ¿Iba a poder lidiar con todo eso?

Sunhee lo observaba en silencio, intentando descifrar que le pasaba o que lo había hecho cambiar de opinión, pues cuando apenas despertaba andaba de buen humor.

—¿Te sucede algo? —preguntó finalmente Sunhee, sin poder evitarlo.

—No, solo tengo sueño. ¿Dónde están nuestros hijos? Quiero que desayunemos todos juntos.

—No sé, pero no deben tardar.

Como por arte de magia, el primero en bajar las escaleras fue Jungkook, seguido de Lalisa y luego Seokjin, quien se tardó un poco más. Los tres saludaron a sus padres mientras tomaban asiento y se servían en sus platos las delicias que Nayeon y Yangmi preparaban siempre.

Mientras todos se alimentaban con normalidad, Daehyun sentía que no podía sacar su mirada de Jungkook. Mientras más lo veía, menos podía creer que andaba saliendo con Taehyung. ¿En qué momento había perdido el rumbo? Aunque para ser sincero... ¿Quién no lo perdería con Taehyung?

Tan pendiente estaba en eso, que ni se percató de que Yoongi no estaba en la mesa.

Se aclaró la garganta, llamando un poco la atención de todos, y en cuanto tuvieron sus miradas sobre él, habló: —Quiero anunciarles que pasaremos las fiestas con los Park. Tuve el placer de hablar con ellos hace un rato y nos acompañaran para las fiestas. Este fin de semana llegarán a la región y se instalaran en su vieja casa de campo, en donde vivían antes de irse a la ciudad. —miró a Jungkook.— Jihyo está muy ansiosa por volver a verte.

Sunhee sonrió entusiasmada y dio unos aplausos suaves. Siempre había sido muy compinche con la señora Misha, por lo que verla de nuevo le entusiasmaba.

—¿Ah sí? —dijo Jungkook, no muy entusiasmado.

—Si. Recuerdo fueron muy cercanos unos años y espero siga siendo así, porque me han contado que se ha vuelto una mujer muy hermosa y siempre me ha agradado para ti. Se que estas por estudiar, pero también me gustaría que te fueras encaminado, tener una esposa y... formar una familia, así como Seokjin lo está haciendo con Jennie. —miró al mayor.— Por cierto, la boda ya tiene fecha.

Seokjin no pudo evitar atragantarse, teniendo que tapar su boca mientras tocia: —Estas haciendo las cosas muy rápido. —se quejó.

—Si, a mí también me lo parece y Jihyo no creo que sea el tipo de mujer que quiero para mí. —dijo Jungkook.

—No me interesa. En esta casa se hace lo que yo digo. —exclamó Daehyun.

—Bueno, pero conmigo no vas a decidir con quien me voy a casar o cuando. Yo no soy como Seokjin.

Si, justo lo que imaginaba. Jungkook siempre había sido un rebelde. Quizás le había dado muchas libertades. Le faltaba mano firme.

—¿Disculpa? Tú vas a casarte con quien yo te diga.

—Lo que escuchaste, papá.

—¿Desde cuándo crees que puedes desobedecerme? Estas muy contestador últimamente. Creo que te he dado demasiadas libertades.

—Que te diga la verdad no significa que este faltándote el respeto. Yo no voy a casarme hasta cuando yo lo decida y con quien yo decida.

—Vas a hacer lo que yo te diga Jungkook, quieras o no. —alzó un poco más la voz. Comenzaba a perder los estribos.

Paraisos Prohibidos | KookTaeWhere stories live. Discover now