Capítulo 2: El Préstamo.

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Yangmi llevó a Jimin hasta el cuarto que solía ocupar el antiguo chofer, ubicado en un pasillo de la planta baja junto al cuarto de otros empleados domésticos, o sea ella, y Rose y Nayeon que compartían cuarto.

Al entrar, Jimin observó con detalle cada mueble y decoración. No se veía tan lujoso como la sala o la oficina del señor Jeon, pero si se notaba acogedora y cómoda. No disponía de mucho, solo eran una cama, un mueble, un pequeño espejo, una mesita de luz y un ropero. Eso era suficiente.

Al menos entraba mucha luz de día, siendo absorbido por el hermoso amarillo de las paredes.

—Este será tu cuarto si quedas contratado con seguridad. —dijo Yangmi, yendo a tomar una libreta que estaba sobre la mesita de luz.— Todos los empleados viven en la hacienda. Más allá de los corrales están los dormitorios de los vaqueros y tu amigo Hoseok. Él comparte cuarto con su padre Jisung.

—No sabía cómo se llamaba. —dijo Jimin, preguntándose seriamente si debía quedarse o volver todos los días a la comunidad en la que vivía.— ¿Es obligatorio vivir aquí?

—No, pero muchos lo prefieren porque es un largo camino de aquí a la ciudad. —le dio la libreta.— Allí tienes todas las direcciones que necesitas. El trabajo del señor Daehyun, el colegio de la señorita Lalisa, familiares, lugares favoritos, restoranes, la clínica en donde suelen atenderse y más. Cuando lo leas lo sabrás.

—Gracias. Supongo que tendré que aprenderlo...

—Supones bien. —avanzó hasta el ropero, tomando un uniforme azul oscuro de chofer, con sombrero y todo.— Este es tu uniforme, deberás usarlo todos los días. Tus horas de trabajo comienzan muy temprano en la mañana para llevar a Lalisa al colegio.

—¿Es la hija menor de los jefes?

—Tienen tres hijos, pronto los conocerás. —caminó fuera del cuarto, volteando a verlo en cuanto cruzó el umbral.— Pruébate el uniforme y dime si es tu talle, sino tendremos que mandar a hacer otro a tu medida.

Jimin asintió. Nunca había usado algo tan elegante, ¿por qué debía ir vestido así de un lado a otro solo para llevarlos? Daba igual a esa altura. Su madre necesitaba el dinero, aunque tardarían un par de meses en recuperar el puesto, pues en la mañana el dueño ya había pasado a avisar que los echaría de allí y eso lo tenía preocupado.


***


La mirada de Jungkook se oscureció mientras veía a Taehyung de pies a cabeza. Lo que menos esperaba era encontrarlo de nuevo, y menos en su hacienda. Luego de aquella noche de sexo casual en donde apenas sabían sus nombres, se sentía satisfecho, al menos hasta que sintiera que su cuerpo necesitaba una nueva alegría. Ahí es cuando salía en busca de alguien que supiera satisfacerlo, alguien que estuviera lejos y no pudiera comprometerlo ni delatarlo en sus gustos homosexuales.

Aun no olvidaba lo mucho que su padre Daehyun se había enojado al descubrir que a su hermano mayor; Seokjin, le gustaba un chico. Desde entonces lo tenía a raya, vigilando y controlando su vida de un modo asqueroso. Pero no podía decir nada. Eso era ganarse una regañada segura, sobre todo de su madre Sunhee, que a la más mínima cosa solía llamarle la atención acompañada de un drama exagerado.

—Hoseok, ensilla mi caballo. —dijo Jungkook, sin siquiera mirar al chico.

Hoseok no necesitó más palabras para saber que lo que el azabache quería era un tiempo a solas con Taehyung. Le daba curiosidad sobre que tanto podían hablar teniendo en cuenta que no se conocían... al parecer eso no era así.

Paraisos Prohibidos | KookTaeWhere stories live. Discover now