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Felix no podía mirar a sus madres a la cara luego de que despertara un par de días después con los recuerdos de lo que había pasado y como lo habían visto.

O sea, el ya no era virgen desde mucho antes, pero eso sus madres no lo sabían y había sido un shock bastante fuerte para ambas ver como un alfa 10 años mayor que su criatura lo tomaba en el sillón del consultorio de su psicólogo escolar.

Y a pesar de eso, aun se sentía bastante necesitado, ahora el consolador no tenía sentido, no podía ayudarlo, necesitaba a ese hombre de una forma que no entendía, pero que ahora era más fuerte debido al lazo que compartían. Ni siquiera sabía quién era, no lo conocía de nada más que lo poco que logró decirle Changbin, pero lo necesitaba; no había querido salir de su cuarto, de hecho, sus madres habían pedido ayuda a Rachael para que pudiera convivir y hablar con él, ambas eran cocientes de que no podría verlas a la cara, ellas tampoco se sentían capaces de verlo sin recordar la situación en al que lo habían encontrado.

Era su bebé después de todo, y una madre nunca estaría preparada para encontrar a sus hijos en esa situación.

Justo ahora estaba recostado en su cama, envuelto en un montón de cobijas y abrazando una almohada, a su alrededor aun estaba el aroma del alfa y eso lo tenía un poco tranquilo, solo poquito, estaba muy inquieto, mordiéndose las uñas o los labios para intentar controlarse.

Rachael tocó a su puerta para poder subirle el desayuno.

—Lixie voy a pasar—anunció para después abrir la puerta con cuidado y entrar despacio, se sintió un poco asustada al ver que el menor había hecho de forma inconsciente un nido en su cama porque para ella era claro que ese olor a kiwi debía de ser del alfa de su hermano y estaba intentando de algún modo mantenerlo lo mayor posible—¿No tienes hambre, pequeño? —preguntó la alfa dejando la comida en la mesita de noche.

El menor no respondió, se abrazó más fuerte a su almohada por la vergüenza, incluso si Rachael no la había visto teniendo sexo, seguía siendo incomodo mirar a alguien a la cara. Ella tampoco se acercó de más, no quería perturbar con su aroma el ambiente del pequeño.

—Te dejo la comida ahí Lix, nuestras mamás están preocupadas por ti.

De nueva cuenta no hubo respuesta así que solo salió de la habitación, bajó las escaleras y ambas mujeres se acercaron a su hija para saber que había visto o si Felix le había dicho algo.

—¿Y bien? ¿Qué ocurrió allá arriba? —preguntó la omega obstante preocupa por su hijo.

—Hizo un nido mamá... puedo jurar que esta muy asustado, necesita del alfa pues la marca es reciente—suspiró, Rachael era doctora especializada en omegas por lo que ese tipo de comportamientos le decían mucho—Creo que tenemos que buscar a ese hombre ¿Saben quién es?

Ambas mujeres negaron, no se quedaron a preguntar nada, simplemente entraron para sedar a ambos chicos porque si no sería imposible separarlos, de ahí, el psicólogo se llevó al hombre y ellas a su hijo.

Pero descuiden, Felix ya se estaba encargando de eso.

Aun refugiado en su pequeño nido de cobijas y almohadas tomó su teléfono y llamó al numero de Changbin, esperando que le contestara, el psicólogo le había dado su número hace ya bastante tiempo por cualquier emergencia, si Felix se sentía mal y no podía alcanzar a llegar con él siempre podía llamarle.

Marcaron 4 tonos y respondió.

—Felix, Dios, estaba muy preocupado por ti, tus mamás no me dejaron ni revisar si ibas herido o algo ¿estas bien pequeño?

—Changbin hyung... si, estoy muy avergonzado, lo siento, lo siento...

—Eso no importa pequeño, la verdad es que yo tampoco me esperaba que eso sucediera...

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