Capitulo 1

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Mikey

— Lo odio, lo odio, ¡¡¡¡¡¡¡como malditamente lo odio!!!!!!!

Si tan solo lo pudiera sacar de una patada o jalándolo de esa odiosa trenza suya, al menos con una expulsión. Pero este es el plan número 19 y también ha fallado como sus 18 predecesores. Por la rabia lanzo mi almohada, antes acomodada debajo de mi cabeza, obligándome a levantarme para poder volver a aventarla de regreso a su lugar. Todo era perfecto, se suponía que funcionaría, solo tenía que fotografiarlo en las duchas y amenazarlo con difundir la imagen por toda la escuela, si no se largaba de ella. En lugar de eso termine con la misma amenaza sobre mí, de no ser porque logré tomar la foto, de lo contrario mi hermoso trasero estaría en la tabla de anuncios junto con las calificaciones de los exámenes pasados.

Me rindo, mi cerebro está seco, ya no me queda ni una pequeña idea. Quedan dos opciones, transferirme de escuela o aguantar a ese poste de luz el año y medio de la secundaria, después de eso no volveré a ver esa odiosa cara suya.

— ¡Manjiro a cenar! — Grita mi madre desde la planta baja.

Le hare caso, mi cerebro no funciona bien con hambre (y no es como si lo hiciera mucho en estos días), dejo mi cómoda posición me coloco las pantuflas y bajo en búsqueda de consuelo, moral y alimenticio (por parte única de mis padres, Emma se quedó a dormir en casa de una amiga).

—Manjiro ¿Qué tal la escuela? — Pregunta mi padre desde su habitual silla.

— Igual que siempre, con el detallito de siempre — digo esto mientras me acerco a la cocina para servirme y caminar a la mesa.

— Otra vez el mismo de todos los días — dice mi madre sentada en frente de mí.

— Exacto, no veo el momento en que la secundaria termine y alejarme de una vez por todas de ese sujeto — digo esto mientras inicio a comer el nave centrado en la mesa tomando un poco de arroz.

— De verdad lo odias tanto eh, a pesar de que se conocen de años — afirma mi madre

— Por supuesto, no hay duda.

— Aaahhh — suspira mi madre — recuerdo cuando era joven y odiaba a un chico, tanto que quería alejarlo de mi escuela lo más posible.

— Y ¿Qué intentaste? — tal vez no funcione, mi madre será una bruja, pero siempre tiene excelentes ideas, no puede ser peor al plan 12 donde termine con urticaria gracias a unos sapos.

— Bueno me convertí en una "chica enamorada"

— Perdón — estuve a punto de atragantarme

— Si, empecé a enviar cartas y regalos anónimos, cada vez más insistente, con la esperanza de espantarlo, como no funcionaron mucho, inicié a firmarlas, coquetear de manera descarada e incluso fastidiosa, luego me confesé pe... — eso es lo que necesito, definitivamente funcionará, de cualquier modo, mi dignidad ya la perdí, solo me queda la tranquilidad que posiblemente obtenga si funciona.

Eh dejado de escuchar a mi madre desde hace minutos, mis planes son lo único importante, me apresuro a terminar, doy las gracias, lavo lo que ensucié y sin más me voy a mi cuarto rápidamente. Muy pronto ese idiota ferrocarril parado desaparecerá de mi vida.

Sakurako

Manjiro se levantó y creó no termino de escucharme, sigue todo el protocolo así que no tengo motivo para detenerlo, conozco sus planes, no está en mis prioridades evitarlo y mucho menos decirle el final de la historia, él se dará cuenta solo. Volteo para ver a mi adorado esposo mientras sigue comiendo. Tomo su mano por inercia, redirige su mirada a la mía dándome su absoluta atención.

El plan tWhere stories live. Discover now