Capitulo 8.

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Mikey

—Mmmmmm— quiero seguir durmiendo, pero mis tripas rujen mucho, ya es tarde, giro el cuerpo hacia un lado de la cama o ese era el plan.

—Ahhhh — mi cara se estrello con el piso, así es me cay de la cama. Dios mi nariz duele —auch— me sobo la cara, cambiando de posición para sentarme, después de todo abro los ojos. Esta no es mi habitación ¿Dónde estoy y como llegue aquí?

Si mis recuerdos no me fallan, trate de acompañar a Ryujushi a su casa cuando las náuseas fueron insoportables después de eso todo se volvió oscuro. El lugar es familiar y ala vez diferente un cuarto un poco amplio con una cama individual pegada a la pared, una mesita de noche a un lado, un escritorio enfrente de la cama, el closet en la pared opuesta y una mesita en el centro. Una foto en la mesa ayuda a adivinar de quien es la habitación.

En la mesita hay un portarretratos donde sale Ryujushi con Mitsuya y Matsuno. Esta es la habitación de Ryujushi ¡¡¡¡¡¡ES LA HABITACION DE RYUJUSHI!!!!! ¿me trajo aquí? Regreso ala cama recargando la cabeza en ella, soy tan brusco que, de paso choco con la mesa, moviendo el resto de los objetos en ellas, un vaso esta a punto de caer, lo detengo tomando accidentalmente la nota que reposaba en él.

"Cuando despiertes, toma una pastilla y baja a comer algo"

Ryujushi, me trajo a si casa, dejo pastillas para mi estómago y de paso me invita a comer. No es el efecto que esperaba conseguir, pero al menos de momento no me puedo quejar. Tomo una pastilla y me coloco las pantuflas ubicadas alado de la mesa. Debo bajar para al menos dar las gracias e irme, no puedo ser una carga considerando nuestro historial como rivales.

Al llegar a la planta bajo entro a la cocina donde espero este Ryujushi, con la intención de disculparme e irme a casa. Él está de frente a la estufa preparando algo, huele delicioso.

—Por fin despiertas —dice girando la cabeza —siéntate, la cena esta casi lista, no has comido nada y valorando tu condición lo mejor es no tener el estómago vacío.

—Sobre eso........ lo mejor es irme, puedo preocupar a mis padres— contesto me siento mal abusando de su hospitalidad.

—Lamento arruinar tus planes, pero ya es tarde, no te dejare irte enfermo y sobre tus padres no debes preocuparte, llame a Emma, ella me dijo que llegarán tarde y no podrán recogerte —hace una pausa— esto tampoco me hace gracia, siéntate —la situación es un fastidio, aun así, tiene razón en mis condiciones no tengo humor ni de moverme.

—Está bien —tomo asiento y doy un largo suspiro— ¿mi hermana dijo algo sobre lo que le dijeron mis padres?

—Aparentemente tienen una fiesta de bienvenida— responde colocando frente a mí un plato hondo con gachas de avena. Ellos me habrían avisado en la mañana, o fue ¿por levantarme tarde?

—Bueno —Miro mi plato— ¿Solo esto? Tengo mucha hambre — un ligero pechero sale de mis labios, en cualquier otro momento me controlaría, ahora solo quiero comer algo más sustancioso.

—De momento si, probablemente tu estomago este sensible, cuando termines te daré algo más, come.

—Okey—nunca e sido fan de las gachas de avena, pruebo un bocado, ¡Saben deliciosos! Rápidamente termino con la comida del plato.

—Pensé que no te gustaban.

—Eso era antes de probar estas ¿Qué marca son y donde las compraste? — Pregunto extendiendo mi plato.

—No creo que puedas conseguirlas en una tienda, son receta de mi abuela —Responde con algo de satisfacción.

—Ah— bajo la mirada— entonces será imposible probarlas de nuevo— susurro muy bajo.

El plan tWhere stories live. Discover now