Capitulo 17

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Mikey.

A pasado un rato desde nuestro segundo beso, levante a Ken-chin del piso haciendo lo mismo con migo de la silla, con pasos lentos y sin separarnos no sentamos en la cama para estar a un nivel más adecuado. Nuestros besos continuaron sin prisa, lentos, coqueteando entre ellos, aprendiendo y experimentando. Nunca he besado a alguien antes, salvo nuestro primer beso en la escuela frente a la mitad de la clase o mas bien de la escuela.

Durante este tiempo no he soltado su nuca jugueteando de cuando en cuando con su trenza, logrando deshacerla después de un par de ligeros tirones, por su parte una de sus manos permanece en mi cintura, mientras la otra acaricia mi cabello sin ser ni un poco salvaje. Su toque es cálido y amable. Eh aprendido a respirar por la nariz al contacto de sus labios, limitando las veces que nos separamos para tomar aire, su mano comienza a separar mi camisa del pantalón introduciéndola dentro de mi playera, acariciando suavemente la cintura y mi espalda. Por mi parte mis manos no se limitan a su cuello, poco a poco las introduzco al interior de la camisa permitiéndome tocar sus anchos hombros y rozar su espalda atractivamente tonificada, lo se no solo por como le queda la ropa, al terminar las clases de deporte solemos entrar a las duchas, donde siempre puedo verlo, envidiando su cuerpo, pero en este solo puedo desearlo, desear tocarlo.

Los sonidos exteriores no llegan a ninguno de nosotros, somos acompañados únicamente por nuestros pensamientos y sensaciones, en este instante nada puede separarnos, nada.

Toc, toc, toc.

O eso se suponía. El ruido de la puerta nos separa indirectamente.

-Chicos a cenar, la cena se enfría. Vamos pónganse los pantalones y bajen, no quiero comer solo- El padre de Draken nos a interrumpido y me a recordado que tengo hambre.

-No es lo que piensas viejo- Ken-chin grita ala puerta provocando la risa por parte de su progenitor- gracias, bajamos en un minuto.

-Bueno, dense prisa, los espero- El hombre se separa de la puerta o eso supongo debido a la lejanía de los pasos, la mirada de Ken-chin se redirige a mi regalándome una de las sonrisas mas hermosas vistas por el hombre - vamos, seguramente tienes hambre - dice dándome al instante un ligero beso en la frente ¿Se puede ser mas feliz acaso?

Su peso se ausenta de la cama alejándose, antes de comer necesito hacer una pregunta, tomo su muñeca deteniéndolo al instante y volteando hacia mi - ¿Entonces - tomo una pausa, no puede ser tan difícil decir esto - somos novios?

Arquea sus labios en un formato muy leve- si es lo que quieres acepto - se agacha depositando un beso fugaz en mi boca - carita de pescado.

No tengo ni la más remota idea de lo que paso, pero de algo estoy seguro, en este momento no podría estar más feliz.

...

-Al fin se dignan a bajar, adelante coman - El Sr Ryujushi se encuentra acomodando los platos en la mesa de la cocina.

-Gracias S-su-suegro - agradezco, es extraño hablar de esta forma, pero al final del día es lo que se supone somos, no. En respuesta recibo una sonrisa satisfecha no solo por parte de él. Ambos nos sentamos frente juntos en un lado de la mesa, donde ya está dispuesta en su totalidad la comida - Itadakimasu - décimos a la par y damos inicio. Frente a mi se encuentra un gran plato con katsudon, una homelet de huevo y arroz, además de una ensalada y agua. Ambos cocinan delicioso. Terminamos rápido y recojo mis cosas para lavarlo, sin embargo, soy interrumpido por Ryujushi padre.

-Déjalo, yo lavo todo, solo siéntate, quiero platicar un rato con ambos - quiero interrumpirlo, pero me silencia sin siquiera poder pronunciar una palabra- no insistas, toma asiento y eso va para ti también Ken.

El plan tWhere stories live. Discover now