Una fan más

3 2 0
                                    


Todo terminó.
¿Control?
Acabó en cuanto comprendí
que no existe tal cosa.
Y, a decir verdad,
nunca... nunca me he sentido tan libre.

Usualmente llego a tener tantas conjeturas sobre alguien o algo que colapso, suplicando por un receso largo de mí misma.
¿Es posible desconectarse de tú propia mente?
Si es así, quisiera poder hacerlo a mí antojo.
Desafortunadamente,
sólo ocurre por factores externos.
Música, charlas livianas, bailar, reír y mirar detalles pequeños pero hermosos... como otras personas sonriendo o un cielo intrigante.
Pensar profundamente
contiene dobles propósitos.
El primero es ayudarte a comprender temas complejos.
Y el segundo, enloquecerte a tal punto en que quieras forzar las respuestas.
Ahí radica la diferencia
entre ser analítico o neurótico.
Siempre se puede ser
un poco de ambas.
Pero la primera es la mejor.
Evita que cometas errores irreparables
y últimamente, me siento más a gusto así.

Probablemente he desatado una faceta peculiar que sea más difícil de controlar...
y esa idea me resulta atrayente.
Constantemente, algo mejora y otra cosa empeora conmigo.
Me he llamado tantas veces predecible
que empiezo a creer que me he mentido descaradamente.
Quizás el asunto sea que algo está cambiando bajo mis narices y no intento averiguar qué es, porque es tan, digamos, tan divertido.
¿Cuando fue la última vez que no busqué desesperadamente una explicación?
¡Já! Es mi primera vez.
Las primeras veces se roban el crédito de la historia completa.
Y las siguientes, son lo que yo llamo 《adicciones espontáneas》.
Porque ¡vamos! Se sucumbe rápidamente a los factores inesperados, por esa naturaleza intrépida e intensa que los caracteriza.
Darle vueltas al tema
es de mis mejores cualidades,
y aún así,
me declaro fan de la espontaneidad y sus efectos colaterales justo ahora,
admitiendo en paz que...
no quiero tener el control.

Este es top :)

Red 赤.

Por cada jodido latidoWhere stories live. Discover now