...un fragmento problemático

6 1 0
                                    

—El corazón merodeador, sí,
¿has oído de él? —dio una larga calada ante la negativa del chico—.
Suele andar por ese pasaje, cuyo nombre le arranca un semblante indescifrable y por ello no debe ser dicho en voz alta.
Se dice que va a observar.

Ambos se voltearon a ver el túnel angosto y oscuro que olía a humedad y miseria.

— ¿Y qué cosa es la que mira? —preguntó, lleno de curiosidad.

El viejo haraposo sonrió secamente.

—Aquella parte de sí que dejó
viviendo en ese lugar.

— ¿Por qué no recuperarla en lugar de visitarla? —dijo, confundido.

—El merodeador no va de paso, está esperando el segundo en que pueda volver a unirse a su más especial fragmento.

El chico finalmente soltó el aire que contenía. Era una historia absurda.

—Es más fácil dejarlo.

—No, él preferiría esperar toda su vida antes que abandonarlo. Esa clase de sentimiento devoto no desaparece. Deberías aprender de él. Suena sencillo como huyes de todo sin meditar en sus consecuencias —Rascó su barba poblada, dándole una última mirada huraña al chico—. Han pasado años, merodeador idiota. No has cambiado nada. Regresa a ti mismo, eres un fragmento problemático.

—Yo no soy él.

—Deja de esconderte tras este muchacho patético.

El viejo aún me recuerda.

—Red 赤.

Por cada jodido latidoWhere stories live. Discover now