De ojos vendados y palabras

6 1 0
                                    


Esta tendencia a desviarme,
a escapar,
como sea que actúe el recelo.

Siempre aquí, solo conmigo.
Nadie lo comprende del todo.
En cuanto inicias, no consigues detenerte.
El mundo solo es el mundo, corre a cierta velocidad, nunca hace pausas.
¿Pero yo, envuelto en mí mismo?
Soy el amo de todo.

Digo, no es necesario cerrar los ojos para soñar, huir un rato... en el fondo todos desean poseer esta habilidad.

A veces no se trata de correr.
A veces no es más que placer.
Sí, la soledad resulta agradable.

Eso que llaman conversar...
¿Qué acaso nunca han hablado con alguien sin emitir la más mínima palabra?
Tú tacto deslizándose con calma sobre una hoja nueva que pone un poema inédito.
Y luego, tus ojos
secuestran la imagen furtiva del escritor.
No te es suficiente.
Repites el proceso.
En cuestión de segundos,
ambos crean al menos un pensamiento sólido sobre el otro.
Las conjeturas se entretejen a toda velocidad, inquietándote.
¿Qué pensar? ¿Qué hacer? ¿Qué decir?
Oh, trágica trifecta.
Has caído.
Es el momento de formular preguntas, respuestas y contestar las anotadas internamente.
Quién diga que conocer a alguien no se asemeja a caminar con los ojos vendados, no tiene ni idea.

Pocos me han hecho querer
vendarme los ojos con tanta vehemencia.
Pocos dan un paso hasta a mí y me intrigan con su mirada.
Un brindis por ellos y los pocos que vendrán a sacarme de aquí
y empujarme a vivir.

Red 赤.

Por cada jodido latidoWhere stories live. Discover now