Inconmensurable (Hermione Granger)

Capítulo 29: Es mi culpa

La nieve formaba remolinos tras las heladas ventanas; se acercaba la Navidad, una fecha que ya no me hacía tan feliz, doce árboles navideños decoraban el Gran Comedor; había guirnaldas de acebo y espumillones enroscados en los pasamanos de las escaleras; dentro de los cascos de las armaduras ardían velas, y del techo de los pasillos colgaban ramos de muérdago, bajo ellos se apilaban un grupo de niñas y niños cuando pasaba por ahí.

Eso me daba fastidio, pero gracias a mis frecuentes paseos nocturnos por el castillo había descubierto diversos pasadizos secretos, de modo que así era más fácil tomar rutas sin adornos de muérdago para ir de un aula a otra, aunque por desgracia a veces me encontraba a Harry en los pasadizos, pero nos ignorábamos mutuamente.

- Sabes deberías tener cuidado, escuché a un grupo de chicas hablar de ti y de Harry - dijo Sam

- Sam tiene razón, escuche que piensan darte filtro de amor, ya sabes creación de los gemelos - dijo Astoria

- Deberías invitar a alguien a la fiesta de Slughorn, así nadie molestará, no entiendo por qué no lo has hecho ya, después de todo la fiesta es mañana - hablo Pansy

- Sabemos que irá conmigo - murmuro Daphne

- La verdad creo que no iré, esas fiestas no me gustan - murmure mirando el plato de comida

- Es tiempo que superes lo de Amy - dijo Daphne en un susurro

Las chicas se quedaron en total silencio mirando a Daphne de una manera poco amigable.

- No vuelvas a mencionar su nombre - grité y varios de los alumnos que estaban en el comedor se giraron a ver lo que ocurría

- No tienes ningún derecho, no lo vuelvas a hacer te queda claro eso -

- Oh vamos lo que le pasó es culpa de ella, no tuya - respondió

- Tú, no te atrevas - dije apuntando mi varita hacia ella

Snape se acercó tocando mi hombro - Amélie - murmuro

Me di la vuelta ignorando a Snape y las chicas, camine rápidamente saliendo del gran comedor empujando a todo aquel que se interpusiera en mi camino.

La ira, el dolor incluso la culpa volvía a carcomer el alma, en los últimos días, las cosas habían mejorado, Hermione me hacía sentir en paz, segura y siempre me decía que lo ocurrido con Amy no era mi culpa, y eso me hacía bien, pero ahora todo se había removido.

Entre a un aula vacía, me sentía mal, comencé a tumbar cosas que estaban alrededor sillas, mesas, libros, todo lo que se encontraba a mi paso, la puerta del aula se abrió con un chirrido y Hermione entró lentamente.

Se acercó tomo mis manos y las acarició me miró a los ojos y susurro - Todo mejorará Ame -

Me dejé caer de rodillas al piso, ella se arrodilló y no me soltó, me envolvió en un abrazo que me transmitía paz, lágrimas recorrían mi rostro, al final comprendí que lo que iba a hacer era un gran precio si, pero al menos la chica que lograba calmarme, darme paz y hacerme sentir bien estaría a salvo.

- Es mi culpa - susurro de repente

- ¿Qué? -

- El hechizo... era para mí... pero ella me empujó... y yo no pude hacer nada... lo siento... es... Es mi culpa... ella debería estar aquí contigo no yo... cada día... pienso en eso... yo lo siento tanto... entenderé si me odias por no haberlo dicho antes... en serio perdón - decía tartamudeando un poco mientras sollozaba

- No es tu culpa - susurré - Ya sabía lo que pasó, Sirius me lo dijo, Amy te quería y sé que no se arrepentiría jamás de haberte salvado -

Hermione se separó un poco viéndome directamente a los ojos, era un gesto que hacía que mi corazón latiera más rápido