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Eva: ¿Sabían que Rachel y Christopher coincidieron en un mismo lugar antes de conocerse en la cena ? Aquí se los cuento.

Rachel

Bratt Lewis por aquí, Bratt Lewis por allá. Cada que entraba a una reunión oía el mismo nombre seguido de un montón de adjetivos que relucían lo buen partido que era.

Me daba igual, estaba tan centrada en pasar las pruebas que me dejaran en Londres que no tenía tiempo para andar con chicos.

Las tareas no me daban tregua y como estaba un poco floja en aritmética me tocó sacar un montón de libros de la biblioteca.

Enciclopedias que pesaban kilos y me tenían los brazos temblando.

Como pude me las apañe para abrir el casillero, arregle la mochila y empecé a acomodarlos libros en el casillero apoyando las rodillas en el metal para que no se me cayeran, trataba de sujetar unos sin soltar los otros, esfuerzo en vano porque termine con todo en el piso.

—¡Mierda! —exclamé temerosa de haber pelado alguno. La central era súper estricta con el material.

Me agache a recogerlo y alguien más hizo lo mismo conmigo. El sujeto no habló, solo empezó a recogerlo y lo reconocí cuando se levantó. No hablaba mucho con alumnos que ya eran cadetes oficiales y este lo era, lo había visto en varios partidos y hasta el momento sabía que era alemán.

Recogió todo sin inmutar una palabra y supuse que no hablaba el idioma.

—Gute Nacht —le agradecí.

Me reparo con los ojos negros. Era guapo y el cabello le caía en la nuca con mechones lisos.

—Son las ocho de la mañana —se quejó— Y me acabas de decir buenas noches.

«Mira que idiota» Me lleve las manos a la boca un poco apenada.

—Perdona pensé que había dicho gracias —titubee— Apenas estoy aprendiendo alemán.

—Gracias se dice "Danke" —aclaro— Y no es necesario que me hablen en alemán tengo un dominio total del inglés.

—Oh que bien —extendí mi mano— Soy Rachel James.

—¿La hija del general James? —acepto mi mano.

—Efectivamente —le sonreí.

—Dominick Parker —se presentó— Gusto en conocerte.

Miro mis libros y volvió a centrarse en mi cara.

—¿Mal en aritmética?

—Un poco —reconocí— Siendo sincera, soy súper mala para la aritmética y cada que intento aprender algo tardo horas... ¡Horas que me queman las pestañas! ¡¿Quién diablos inventó la matemática?! Es una tortura cerebral que...

Me callé al ver que me detallaba el rostro.

—Estoy pareciendo una maniática hablando como un loro ¿Cierto?

—Un poco —sonrió cruzándose de brazos.

—Perdona, tanta cosa me tiene atolondrada.

Acomodo los libros cerrando el casillero.

—A mi si me gusta la aritmética y estaré en la biblioteca a las seis si quieres ayuda.

—¡Claro que sí! —no dude— A las seis en punto estaré ahí, pero te advierto que soy muy bruta con esto y pueda que tengas un colapso mental y déficit de paciencia.

—Solo ve con disponibilidad de aprender —se alejó— y no llegues tarde.

—¡Gracias! —le grite y se volteó cuando llame la atención de varios. Me volví hacia mi casillero avergonzada y feliz ¡Ya tenía tutor!

Extras Pecados Placenteros (Eliminados)Where stories live. Discover now