Trons Walls me conoce a mí, a Gauna y a Rick James ya que la mitad de los criminales que yacen aquí fueron encerrados por nosotros y aunque estemos en un pabellón aparte no quita los insultos, los gritos y los amenazas que nos lanzan desde el otro lado de la reja.
«Un Morgan en prisión». Es algo que me reprocharía Regina, pero que me aguanto por Christopher. Abrirle paso es algo que volvería a hacer y con el pasar de los días lo único que anhelo es que tenga a mi nietos a salvo.
Ya han pasado meses, no tengo noticias y Sara viene a verme cada dos semanas. Hoy es uno de esos días y por ello me sacan de la celda con las manos esposadas hasta que llego a la sala que alberga una mesa con dos sillas. Me sueltan y detallo a mi ex esposa, está de negro, llorando y con la mirada baja. Ignoro todo, Sara siempre ha sido sentimental, cualquier cosa la pone mal y ha llorado desde que todo se fue a la mierda. Tomo asiento frente a ella esperando a que se calme.
—Tranquilízate, todo va estar bien..
—No—los sollozos no la dejan hablar— No van a estar bien…
Observó a Bratt Lewis en la puerta y la tristeza de Sara empieza a asustarme
—¿Qué pasa?
—Chris —se le corta la voz, me mira a la cara y no la reconozco de lo mal que está— Christopher murió, Alex....
Su confesión me arde en lo más profundo recordando la última vez que lo vi y no puedo sopesarlo, creerlo o imaginarlo... Asumir que mi hijo está muerto.
—Lo mataron y no sé que voy a hacer..
Me es imposible controlar el movimiento de mi barbilla y las lágrimas caen en la mesa.
—¿Y mis nietos?
Sacude la cabeza
—No se sabe nada de ellos.
—¡¿Dónde está Rachel?! —exclamó poniéndome de pie— Ella debe saber...
—¡Rachel está con la mafia italiana ahora! —contesta— Christopher murió por ella y no sé qué explicación darte, pero está con ese mafioso.
Me voy contra la pared porque el que haya muerto por ella si es una respuesta coherente que me rectifica que no lo volveré a ver. El llanto se convierte en un mar de lágrimas y no hago más que repetirme que mi hijo murió, que no sé dónde están mis nietos y la persona que tendría que cuidarlo no lo está haciendo como hubiese querido el coronel.
Sara está tan destruida que no se me acerca y Bratt entra a sacarla mientras no dejo de llorar contra la pared hasta que me devuelven a la celda. Rick se levanta de la cama apenas me ve y Gauna se mueve en la celda al lado.
—Ministro —me dice el general
—¿Qué pasó? —pregunta Rick
Le grito en la cara lo que pasó y se queda en su puesto mientras me mantengo en las rejas lidiando con el abismo que se forma con la pérdida, con la ausencia del coronel. Esperaba que él llorará mi muerte, no yo la de él y lo que más me pesa es que no volví a estar para él cuando más me necesitaba.
Nota:Duele mi daddy Alex,lo llorado no nos lo quita nadie jajajajaj a pesar de que Christopher sigue vivo.
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