Mi esposo que me odiaba perdió la memoria.

13

Un beso mezclado con lágrimas supo salado. 

Lo empujé y finalmente solté mis fuerzas y dejé que mis manos colgaran. No hubo consideración por el beso que acababa de empezar a lastimarme.

En el momento en que finalmente separó los labios, no pude sostenerme y me puse de pie.

Jadeee para respirar y miré hacia arriba, su mirada fría cayó sobre mí. 

En esa mirada sin una sola palabra de calidez, sentí como si mi corazón estuviera siendo destrozado. Después de todo, ¿volví a desear algo inútil?

─Dígame qué se siente al besar a un chico que ni siquiera le gusta, señorita Everett.

─...

Las crueles palabras de Theodore perforaron mis oídos mientras me levantaba impotente. Estaba resentida porque me entendió mal, pero pronto perdí el rumbo. 

Porque no merecía ser culpado.

─¿No vas a hacer nada? Entonces, ¿es más posible?¿Podrías compartir la misma cama conmigo todas las noches sin ningún problema?

Theodore, quien agarró mi antebrazo, preguntó con sarcasmo.  

Mientras buscaba palabras para aclarar el malentendido, me quedé entumecida como si me hubieran golpeado con fuerza en la cabeza.

Como...

De todos modos, ¿cómo pudiste decir algo así? ¿Deberías insultarme de esta manera?

─Usted está… sin saber nada...

Palabras impensadas salieron de mi boca. Todo mi cuerpo tembló con la sensación de insulto. Theodore volvió a agarrar mi barbilla.

¡Maldición!

En ese momento, le di una palmada violenta en la mano y lo abofeteé involuntariamente.

Una de sus mejillas se puso roja en un instante. Le dieron una bofetada en la mejilla y se quedó quieto. Fue de mi lado el que se tambaleó hacia atrás. La palma que se había estado moviendo con fuerza estaba hormigueando.

La habitación quedó envuelta en un frío silencio. Entonces una sonrisa se filtró de entre sus labios. Los dos ojos que me miraron se pusieron tensos de inmediato. Parecía haber una sensación de frío en esos ojos que estaban claramente marcados por el odio.

Inconscientemente agarré la parte superior de mi cuerpo con ambos brazos. Viéndome así, habló sarcástico.

─Todavía tienes orgullo.

─...

─Oye, no hay forma de que la joven del duque celestial Everett realmente quiera enfrentarme. Pido disculpas por ser presuntuoso.

Me miró, luego rápidamente dio la espalda y se alejó.

─...

Me quedé mirando fijamente el lugar que dejó, luego me tropecé con la cama y me senté. 

Qué pasó... Fue como tener una pesadilla.

Mientras me agachaba en el frío que se filtraba por mi piel, un sollozo salió de mi boca.

El sonido de un llanto que no me pertenecía llenó la habitación.  

Mi cuerpo temblaba insoportablemente. 

Fue doloroso, triste, aterrador y solitario, pero nadie pudo consolar este corazón. Era algo que ni siquiera podía decirle a Charlotte.

Finalmente enfrenté mis sentimientos por Theodore, pero era tan débil y patética...