Mi esposo que me odiaba perdió la memoria.

36

Cuando inconscientemente intenté soltarme, él tomó mi mano aún más fuerte y me presionó contra su pecho como para probar su testimonio.

Un suspiro tembloroso salió de mis labios entreabiertos. Todo estaba claro. Ojos azules mirándome directamente, latidos del corazón que golpeaban la palma de mi mano e incluso la temperatura corporal acalorada. Sentí como si mi mente se estuviera mareando cuando sensaciones vívidas me inundaron de repente.

Los ojos azules anhelaban una respuesta. La respuesta al amor en esos ojos. Pero tenía miedo de dejar algo claro. Sentí que no había vuelta atrás si hacía eso. Apenas me había rendido después de esforzarme tanto y estaba resignada a ello, no quería que naciera ni un pequeño brote de esperanza. Entonces, en lugar de dar una respuesta, pregunté.

—¿Por qué...? ¿Por qué me malinterpretaste?

Pero esa pregunta era algo que él no podía responder ahora. Pregunté aunque lo sabía todo.  Lo hice aunque sabía que era una cobardía, porque no estoy dispuesta a aceptar nada, todavía no.

Al final, me di cuenta de que le tengo resentimiento. En medio de una mezcla de resentimiento y culpa hacia él, fue el lado del resentimiento el que levantó la voz más fuerte.
Lo odio tanto porque me malinterpretó y me odió, por nunca mirarme correctamente, por creer que soy igual a los demonios de Everett...

Entonces no puedo aceptarlo. En este corazón dolorido, lleno de rencor, la calidez, la bondad y el cariño que me dio recientemente...  Todo se sintió doloroso.

Esas cosas amables que me dijo en realidad me hicieron sentir mal.  Dolía como si me rociaran sal en el lugar donde se había despegado la piel, o como si me apuñalaran con una espina. Eso también fue muy triste. Aunque finalmente obtuve el calor que quería, no podía ser feliz. Fue tan triste y lamentable.  ¿Por qué el miedo precede a la emoción y la alegría?  ¿Por qué tengo que dudar incluso de las cosas claras?
¿Por qué tienes tanto miedo de salir lastimada?

—....Yo también.....

"Desearía haberte conocido normalmente"
Ojalá hubiera sido una relación como la de Adeline Albinis... Pero esas palabras no salieron de mi boca y solo se dispersaron.

La lluvia que poco a poco humedecía el suelo comenzó a intensificarse. Estábamos de pie juntos en un chaparrón. Sin poder detener las gotas de lluvia que fluyen en los corazones de los demás.

—.....Yo, duque…

En ese momento, Charlotte se acercó vacilante a mí, le entregó algo a Theodore. Era una tela blanca que traía para usarla como manta.
Theodore lo tomó, lo desdobló y lo colocó sobre la cabeza. En un instante, el mundo se hizo más pequeño. La tela blanca se mojó con la lluvia y se volvió cada vez más traslúcida. De repente recuperé el sentido de mi aturdimiento y miré a Charlotte, me preocupaba que la lluvia la golpeara. Afortunadamente, ella se había quitado el delantal y se lo había puesto sobre la cabeza. Al ver esa apariencia descarada, una risa superficial se escapó de entre mis labios sin que yo lo supiera.

—Lilian.....

Fue entonces cuando volvió a sonar la voz de Theodore. Me estremecí reflexivamente y me quedé quieta sin mirarlo porque pensé que si volvía a verlo, me pondría nerviosa.
Siento que esa sensación de descontrol sobre mí... Estaba tan asustada y lo odiaba.

—Sé que ahora mismo ni siquiera puedo disculparme contigo. Tu recuerdas el pasado y yo no... no tendría sentido hacer nada.

—…….

—……Aun así, lo intentaré. Lo averiguaremos. ¿Cuál fue el malentendido, y por qué yo...?

—…….