» 𝚎𝚒𝚐𝚑𝚝 ; 𝚝𝚛𝚊𝚙𝚙𝚎𝚍 «

1K 114 12
                                    

» 𝚎𝚒𝚐𝚑𝚝 «

𝚝𝚛𝚊𝚙𝚙𝚎𝚍

» • 𝙷𝚞𝚗𝚝𝚎𝚛 ;

Los días avanzan lentamente mientras en invierno comienza a hacerse cada vez más presente. La suave brisa de otoño se sustituye por el frío invernal, aunque no es hasta ahora, primeros de diciembre cuando ocurre la primera nevada. Mientras camino por la calle, de vuelta a casa después de la escuela, noto como el suelo se empieza a cubrir de una capa blanca. Alzo la mirada hacia el cielo, observando como los copos danzan silenciosamente en el aire. Me gusta la nieve. La idea de algo tan hermoso pero a la vez tan etéreo se me hace atrayente. La nieve se parece a Edric. Con ese pensamiento sigo avanzando hasta casa, mientras el sonido del espeso manto helado cruje bajo mis pies, acompañando mis pasos.

Tras almorzar, me dirijo al hospital, para ver a Edric. Las vacaciones de navidad se acercan cada vez más, lo que significa que los exámenes y trabajos finales también, y cada vez tengo menos tiempo para pasar con él. Aún así, no dejo de visitarle. Hace unas semanas que terminaron con sus pruebas, pero seguir ingresado es demasiado abrumador para él. Es imposible tener a Edric quieto entre cuatro paredes durante mucho tiempo, así que estar encerrado en el hospital es una absoluta tortura. Tampoco puedo culparle, hasta para mí, estar durante casi dos meses enclaustrado sería abrumador.

Al llegar al hospital me sorprende que Luz no esté revoloteando por ahí, a mi espera. Salvo por ese detalle, todo está igual que siempre, pero por algún motivo tengo un presentimiento agudo. Como si algo fuera mal. Supersticiones mías, me obligo a pensar. Y sigo caminando, pero cada vez la sensación se hace más fuerte. Empiezo a juguetear con mis dedos, a medida que avanzo hacia la habitación de Edric. Me tranquilizo un poco al ver a Camila, pero ella tampoco luce exactamente calmada cuando me ve. Sus ojos, que normalmente transmiten la más pura seguridad, parecen preocupados. Ella me ve y esboza una sonrisa amable, como de costumbre.

-Hola cielo - saluda mientras se acerca a mi - Sabría que vendrías pronto...

- ¿Sucede algo con Edric ?- pregunto impaciente.

- Oh... Él está bien, cariño. - hace una pequeña pausa, palmeando mi hombro con suavidad- Pero tienes que entender que estos días están siendo muy duros para él...

- Yo... ¿Q-que ocurrió? ¿ Puedo verle?

- Tranquilo, cielo. - Murmura al notarme alterado. - Edric ha estado sometido a mucha presión estos días, es normal en él- hace otra pausa para suspirar - comprendo que las pruebas y la vigilancia son necesarias para su tratamiento, pero deberían darle un respiro...

Yo me quedo callado. Tiene razón, no tengo ni la más mínima idea de lo que debe de estar pasando Edric ahora mismo. Ninguno de nosotros la tiene. Y eso es lo que más miedo me da.

Justo entonces la puerta de la habitación de abre, dejando paso al frívolo rostro de mi tío. En cuanto repara en mi presencia, levanta la mirada del cúmulo de papeles que estaba ojeando y tras quitarse las gafas me examina de pies a cabeza. Su expresión se endurece, pero enseguida desvía para dirigirse a la señora Noceda. Esta me mira un poco preocupada, y tras intercambiar unas palabras con él, mi tío se aleja de nosotros con paso firme.

- ¿Estas bien, cielo?- pregunta Camila con voz suave

- Si, yo solo... No esperaba verle aquí.

Su expresión se me quedo grabada como una quemadura. Era como si pudiera oír sus pensamientos. Pensamientos los cuales se dedicaban a judgarme. Me froto los ojos con el índice y el pulgar. Ni siquiera se por que me afecta tanto lo que él tenga que decirme. Eventualmente me acostumbre a ello. Pero cuando se trata de Edric ...

Justo entonces, alguien más sale de la habitación. El recogido de Emira se balance a suavemente al compás de sus pasos. Tiene el rostro serio y la mirada perdida y llevando en sus manos lo que parece ser una bolsa de hielo. Un rayo de esperanza parece atravesar sus ojos cuando estos se posan en mi.

- Hunter, que bueno que te veo. - sonríe debilmente, aunque se que no quiere sonreír. No me imagino lo duro que tiene que estar siendo para ella ver a su gemelo así. La persona con la que compartió toda su vida, y de la que va a tener que despedirse tan pronto. - ¿ Puedes cuidar de Edric un momento? Estoy segura de que se pondrá mejor al verte.

- ¿Qué le pasó a Edric?

Ella mordisquea su labio inferior

- El doctor... quiso hacerle un chequeo. Le hizo unas pocas preguntas, cosas normales. Como que había comido ayer o a que hora solía levantarse. Edric se puso nervioso...porque no podía recordarlo. Se puso tan nervioso que creo que le dio un ataque de ansiedad. Hemos estado intentando calmarle pero de verdad está tan agobiado...

Hasta yo mismo puedo sentirme horrorizado ¿ De verdad la enfermedad puede avanzar tan jodidamente rápido?

- Perdida de memoria a corto plazo...- recito lo que había leído en aquel artículo casi sin darme cuenta. Emira me mira, transmitiéndome su dolor, pero también su comprensión. - Iré a ver como está... si no soy molestia.

Ella sonríe.

-Estará encantado de verte, te lo aseguro.

Eso enciende en mi una pequeña llamita de esperanza.

Con cautela, me abro paso hasta el cuarto de Edric, y golpeo con los nudillos la puerta entreabierta para avisar de mi presencia. Quizás no estaba preparado para esto. Ahí estaba Edric, sentado sobre la cama, abrazándose a si mismo. Su mano izquierda apretando su costado, mientras que su derecha hacía lo mismo con su hombro. Rápidamente levanta la cabeza y me mira de solsayo. Tiene los ojos hinchados y rojos, dejando entrever sus lágrimas. El cabello revuelto le cae por la frente, cubierta de perlas de sudor. Es increíble como puede ser bonito incluso estando así. Me regaño a mi mismo por pensar eso.

- Hola...- murmuro aproximándome un poco, no demasiado para no invadir su espacio personal.

El traga saliva y se aclara la garganta, intentando detener un poco su respiración agitada. Abre la boca para tratar de decir algo, pero las palabras mueren en su garganta, siendo reemplazadas por un sollozo ahogado. Baja la cabeza y empieza a llorar de nuevo

- Hey... está bien. - me acerco un poco más, para acuclillarme a su lado. Lo odio, odio verle así. Pero odio aún más no poder hacer nada para detenerlo. Con miedo de asustarle, levanto un poco la mano para acariciar un poco sus mejillas húmedas.

- No puedo, Hunter. Por más que me esfuerzo no puedo recordarlo... Es como sí- otro sollozo le rompe la voz.

- Shhh... está bien. Si te fuerzas será peor. - Me siento a su lado, concentrándome en limpiar las lágrimas que se acumulan bajo sus párpados.

- Lo sé, pero es tan frustrante. Es como... querer salir de un sitio que no tiene puertas ni ventanas... Y por mucho que te esfuerces en encontrar una salida no hay nada más que las mismas cuatro paredes.

- Lo siento mucho... - musito mientras acaricio su cabello. Ni siquiera se por qué me disculpo con seguridad, pero la culpa me es superior. Él se seca las lágrimas y tras soltar un suspiro me mira con una sonrisa tierna.

- No deberías disculparte... A contrario, gracias por estar aquí

Su mano busca a tientas la mía, y yo la agarro como si fuera mi única esperanza.

-Siempre voy a estar aquí...

Una de sus manos de porcelana se posa delicadamente sobre mi mejilla, la cual es acariciada suavemente por su pulgar. De forma casi inconsciente, recargo mi cabeza sobre su mano.

- Y no sabes cuanto te lo agradezco. - susurra volviendo a esbozar otra sonrisa.

Y de pronto es como si mi único propósito en la vida fuera verle sonreír.

[ •*¨*•.¸¸♪ ]

N/A: Ufff, he vuelto por Navidad, como el turrón malo. Espero que os haya gustado este pequeño regalo de Navidad atrasado y PREPARAOS PORQUE SE VIENE EL DRAMA Y NO VOY A TENER PIEDAD MUAJAJAJAJAJAJAJAJA

» ᴅᴇᴍᴇɴᴛɪᴀ « | goldric ; hundric Donde viven las historias. Descúbrelo ahora