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𝚙𝚛𝚎𝚝𝚎𝚗𝚍

TW❗Mención implícita de suicidio y autolesiones. Se recomienda discreción.

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Belos no era un hombre fácil de tratar. Su presencia era abrumadora, perteneciendo así a ese grupo de personas que arrastran con ellos una extraña aura pesada, que provoca un sentimiento de imponencia en los demás. Su voz profunda, monótona al hablar, nunca se alteraba bajo la más mínima circunstancia, pero aún así era capaz de infundir respeto a aquellos que la oían

Seco en palabras como acostumbraba a ser, era casi misterio para el resto del mundo, incluso para sus compañeros de trabajo más allegados. Se limitaba a llegar al hospital, hacer su trabajo con el menor número de interacciones posibles para después volver a casa una vez finalizada su jornada. Fuera de esto, poco o nada se sabía de su vida personal. Únicamente que vivía solo, a excepción de la compañía de su sobrino, a quien acogió después del fallecimiento de su hermano.

A Belos no le gustaba hablar de su hermano y tampoco de su sobrino, pero nadie ponía en duda el cariño que le tenía a ambos. Algunas veces, el chico se dejaba caer por el hospital, cada vez que su tío se lo pedía. Callado y reservado, con una mirada casi ausente y un poco apática. Así le describían. Es sorprendente lo mucho que ambos parientes se parecían, pero lo distintos que eran al mismo tiempo. A pesar de su inexpresividad habitual, el médico se mostraba sorprendentemente cariñoso con Hunter cada vez que este aparecía, dedicándole pequeñas sonrisas y alborotando su cabello.

El resto del personal del hospital encontraba esta imagen enternecedora, y rápidamente se esparció la imagen de Belos como un hombre ambiguo y solitario, encerrado en si mismo por el dolor de la muerte de su hermano, pero que aún así era cercano y afectuoso con su adorado sobrino. Nada más lejos de la realidad, pero pocos además del propio Hunter podían saberlo.

Camila Noceda tampoco conocía a Belos más de la cuenta. Durante el tiempo en el que había estado ejerciendo como enfermera a penas había intercambiado un par de palabras con él, siempre referente al trabajo. Conocía también de Hunter, pero nada más allá de lo que había oído del resto de sus compañeros, quienes lo describían como un chico de pocas palabras, normalmente ensimismado y con cara de pocos amigos. Camila pensó que este sería un comportamiento normal para un adolescente que además había perdido a sus padres siendo tan joven, pero su perspectiva respecto a él cambió drásticamente en cuanto le conoció. En vez de encontrarse con alguien malhumorado y grosero, se sorprendió al ver que Hunter era bastante más agradable de lo que lo que contaban. Si bien era cierto que sonreía poco y parecía casi siempre ausente, era un niño de lo más educado y tranquilo. Pero eso también le llevo a conocer la soledad a la que se enfrentaba, la falta de apego o la mala imagen que tenía de si mismo. Esa, y otras actitudes más que había observado en en el comportamiento del chico fueron las que le llevaron a la conclusión de que Belos no estaba haciendo tan buen trabajo como tutor como se rumoreaba, y obtuvo la verificación de esto del mismo Hunter.

Sucedió él día en que Camila recibió alegremente la noticia de que el joven por fin se había animado a confesarle sus sentimientos a Edric. Aún recuerda su expresión, nunca le había visto tan emocionado por contarle algo antes. Le enterneció tanto encontrarle tan ilusionado que aún hoy se siente culpable por formular esa pregunta.

- ¿ Y tu tío lo sabe...?

Hunter se quedó callado unos segundos. La alegría en su rostro fue sustituida por una frustración notable.