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𝚠𝚎𝚊𝚔

» • 𝙾𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝 ;



- ¿ Estás seguro de que estás bien ? Te noté algo decaído antes - preguntó el hombre de cabellos castaños, quien ahora se sentaba frente a la pequeña mesa de la cocina, con una taza de té humeante en sus manos. Belos le observaba desde una distancia prudencial, apoyándose en la encimera mientras esperaba a que el café se terminara de hacer. Había algo que le inquietaba en el hecho de que Gabriel estuviera ahora en su casa. No solía recibir demasiadas visitas, por lo que aquello se convertía en algo casi íntimo para él. Sin embargo, le aliviaba el hecho de que estuviera allí. Tal vez por el aura calmante que percibía en el profesor, o por la simple razón de que le ayudaba a sentirse un poco menos solo.

- Estoy bien, solo un poco cansado, eso es todo - sacó el recipiente de la cafetera, vertiendo un poco de su contenido en la taza. Estaba de espaldas a la mesa, pero aún así podía sentir la mirada del hombre sobre él.

- Mmh... Lo sé. Pero ayer por la noche me dejaste algo preocupado.

- Te preocupas demasiado - zanjó el rubio, tratando de restarle importancia - Soy adulto, ya te dije que puedo cuidarme solo. Además, seguro que tienes tus propios problemas, no quiero suponerte uno más - murmuró mientras se giraba de nuevo, encontrándose con la cálida sonrisa del profesor.

- No digas tonterías, tú nunca me supondrías ningún problema. Además, no hay nada de malo en que alguien se preocupe por ti. Me importas, ya te lo dije ayer, y lo dije totalmente en serio.

Belos se quedó callado, reflexionando sobre esas palabras. Apartó la vista, huyendo de la mirada afable del profesor. No sabía que era lo que aquel hombre provocaba en él, pero cada sonrisa, cada gesto, cada pequeña muestra de interés, por muy básica que fuera despertaba en él una sensación de debilidad. Le hacía sentir tan vulnerable que inconscientemente trataba de alejarse de ello.

Pero también había una parte que no podía ignorar. Una parte que disfrutaba aquella calidez en vez de sentirse abrumado por ella. Una parte que tendía a ignorar la mayoría de las veces.

- Gracias, supongo...- murmuró, aún sin atreverse a mirar a su contrario. Este sonrió de nuevo.

- No deberías agradecerme por eso, sabes que estoy aquí para lo que necesites.

- Respecto a lo que hablé ayer con Hunter - empezó diciendo el rubio, quien sintió la necesidad de cambiar de tema. - Parece que sí conocía al grupo de chicos que le agredieron. Parece que van al mismo colegio.

Gabriel apretó los labios, haciendo una mueca de disgusto.

- No me puedo creer que tenga a gente así en mi clase. - masculló tras tomar un sorbo del té.

- Pensé que sería buena idea decírtelo. No quiero poner esta responsabilidad sobre tus hombros, pero ya que trabajas ahí...

- Déjalo a mi cargo. Me encargaré de saber quienes han sido los responsables, aunque también tengo mis sospechas... De todas formas hablaré con dirección al respecto, más les vale tomar cartas en el asunto. Y no te preocupes, no me supone ningún problema, sabes que estamos juntos en esto.

- Gracias otra vez... Esto sería mucho más difícil sin ti.

- Lo dicho, estoy aquí para lo que necesites.

Justo en ese momento, el ruido de la puerta principal abriéndose indicó que Hunter acababa de llegar a casa. El chico se dirigió directamente a su habitación, pero se detuvo en el umbral de la cocina al darse cuenta de que su tío no estaba solo.

» ᴅᴇᴍᴇɴᴛɪᴀ « | goldric ; hundric Donde viven las historias. Descúbrelo ahora