07. El asunto

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Después de checar mi entrada en el motorhome de Red Bull y aprovechado que Max estaba con los ingenieros hablando para la primera práctica en México, me dirigí cerca del motorhome de McLaren y le mandé un mensaje a Ricciardo, después de 5 minutos de espera donde me la pasé viendo redes sociales, él salió.
Ya tenía puesto su traje de la cintura hacia abajo, tenía una gorra con el número 3 de color anaranjado, el cubrebocas lo tenía en la barbilla porque estaba bebiendo agua del termo.

— Perdón por no contestar, tenía que aprovechar los días con mi abuela y mis amigos — me disculpé
— Nea, no debes disculparte. Soy yo quien debería hacerlo.
— ¿Y tú por qué? — pregunté sorprendida
— Por lo de Austin, fue muy estúpido,

O k a y, esto sí que no lo contemplaba.

-— ¡Ah, eso! Ya lo había olvidado — mentí, pues seguía muy presente en mi mente — Daniel, tengo que decirte algo, pero preferiría que fuera en otro lugar, me da ansiedad la forma en la que nos ven los demás cuando pasan.

Estábamos a la vista de todos y no podía pasar desapercibido el hecho que estaba hablando con un piloto de McLaren cuando yo vestía los colores de Red Bull.

— En la noche podemos vernos en mi hotel, es un lugar privado — propuso y lo miré desconfiada a lo que él rio — Bueno, podemos ir a algún restaurante y que todos nos vean. 
— Mándame la dirección, yo llegaré ahí — dije antes de irme nuevamente hasta el motorhome de Red Bull.

Pasé a la cafetería por un café, subí al segundo piso donde estaba la habitación de Max, toque la puerta y cuando escuché que me dio permiso para pasar, abrí.

Llevaba puesto ya el traje, se estaba terminando de subir el cierre, hoy usaría uno con un diseño especial de mariachi, le sonreí, pero él estaba serio.

Llevaba puesto ya el traje, se estaba terminando de subir el cierre, hoy usaría uno con un diseño especial de mariachi, le sonreí, pero él estaba serio

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— Por el bien de tu empleo deberías asegurarte que cuando estés con Ricciardo, no te vean — di un suspiro conteniendo mi molestia.
— Será la última vez — dije antes de darle un sorbo al café.

Ya había visto a Max enojado, pero no conmigo, sentí impotencia y ganas de llorar, pero me dediqué a revisar la agenda, después de la práctica Max tendría algunas entrevistas.

***

Para cuando la primera práctica dominada por Valteri y Lewis terminó, esperé en el garage de Max, cuando él salió del monoplaza se quitó el casco y otros complementos que utilizaba, tenía el pelo pegado a la frente por el sudor, le entregué el termo para que se hidratara y mientras respondía preguntas para algún canal de deportes, me paré a su lado grabando la conversación con el celular del trabajo; cuando las preguntas se terminaron, caminé detrás de él en camino a su habitación, una vez ahí, él se sentó en el sofá y yo le entregué una toalla limpia para secarse el sudor.
No me gustaba el sudor, ni mucho menos ver a las personas que sudaban, pero Max era otro nivel, se veía más atractivo de lo normal con el pelo pegado a la frente, el sudor corriendo por su cara y sus mejillas sonrojadas.
— ¿En qué piensas? — preguntó con curiosidad

¡Oh! No quieres saber.

— En que tengo un buen presentimiento con México — seguía sería y no tenía ganas de hablar, pero tampoco podía ignorarlo.

Max no dijo nada más, se sentó frente del escritorio donde ya estaban algunas tarjetas, gorras y playeras que debía firmar, hicimos todo el procedimiento en silencio y esta vez si que era incómodo, le saqué algunas fotos que postee en las historias de Instagram, recibiendo gran interacción por parte de los fans.
Poco después de las 2 de la tarde, salimos de la habitación, Max tenía que hablar con su equipo de ingenieros para algunos cambios que debían hacerse para la segunda práctica que comenzaría a las 3 de la tarde.

***

Para fortuna del equipo Max arrasó en la segunda práctica posicionándose en el primer lugar con el mejor tiempo y aunque lo más importante estaba por venir, había grandes expectativas para ambos pilotos.

Cuando ya no había nada que hacer, Max seguía en el garage hablando con los ingenieros, mientras yo esperaba sentada editando unas fotos, Helmut Marko se sentó a mi lado.
— ¿Cómo ha ido todo? — preguntó.
— Bien, Max y yo nos hemos acoplado muy bien — contesté sonriéndole.
— Hoy las cosas no se ven bien. Me imagino que debe ser porque te han visto hablar con Ricciardo.
— Si, ya hablé con Max. No volverá a pasar, toda ha sido un malentendido y no planeo arriesgar al equipo.
— Muy bien, gracias por tu compromiso Williams — me dijo antes de ponerse de pie y acercarse a los demás.

***

Cuando entré al hotel donde Ricciardo estaba hospedado, ya no usaba el uniforme de la escudería, había pasado a cambiarme a casa de mi abuela y sin ningún problema pude pasar desapercibida; después de tocar la puerta de la habitación, Ricciardo abrió, usaba shots y una sudadera de su propia colección, después de sonreírme, me dejó entrar apartándose de la puerta.

Una vez dentro de la suite, me quité el cubrebocas y me senté en el sofá.
— ¿Y bien? — preguntó, a lo que di un gran suspiro preparándome para hablar.
— No es nada personal, pero no puedo seguir hablando contigo. Ahora trabajo para Red Bull y aunque es por un periodo corto, tiene mucha importancia para mí porqué es mi primera experiencia laboral y tiene mucho peso dentro de mi currículum; además, existe el contrato de confidencialidad, ni siquiera debería estar aquí después de haberles dicho que no volvería a pasar — traté de explicar, Ricciardo se había sentado a mi lado.

— Lo entiendo Atenea, sé lo del contrato, todas las escuderías lo tienen y algunas son más exigentes que otras. Conozco a la gente de Red Bull porque yo estuve ahí, están en una buena posición en el campeonato y sé que pueden ser asfixiantes.
— Sé que suena un poco dramático porque es obvio que nos seguiremos viendo en el paddock y si te soy sincera, me parece un poco injusto porque empezábamos a conocernos, pero por ahora mi deber principal está con Red Bull.
— Y con Max - guardó silencio por unos segundos — espero que algún día se dé cuenta de la forma en que lo ves cuando nadie observa, porque ni siquiera Kelly lo ve así.

¿Qué?

— ¿Tan obvia soy? — pregunté y él asintió, pero yo seguí hablando.  — Realmente lo siento Danny, eres una persona increíble y estoy casi segura que tarde o temprano encontrarás a una chica a quien no le prohíban verte.

— ¿Seguiré contando con tu amistad? — preguntó sonriéndome.
— No te librarás tan fácil de mi Daniel Ricciardo — entrecerré los ojos, le sonreí, estiré mi mano hasta él y apreté su mano.

***

Al regresar a casa, me sentí más tranquila, el asunto con Daniel se había resuelto, seguiríamos siendo amigos porque él realmente era increíble.
Ahora debía preocuparme por conservar mi empleo y enamorar a Max.
Estaba segura de que lo segundo era más difícil porque nunca había sido una persona extremadamente coqueta, como Kacey lo había dicho, yo era de las que prefería observar en la distancia, pero en este caso, no era la mejor opción; tendría que pensar en algo o resignarme a perder.

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¡Disfruten el capítulo!

Sé que es un poco corto pero les prometo que lo recompensaré en el próxicomo cap.

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Gorgeous | Max Verstappen [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora