CAPÍTULO 25

17.2K 1.6K 795
                                    

Narra ____.

Llegamos a la casita y con un par de excusas conseguí apartarme del pueblo lo suficiente. Me encontraba en un pequeño claro del bosque donde iba siempre que me sentía mal. Fue entonces cuando me senté sobre la hierba y esta se congeló, era un hielo opaco.

Realmente sentía que algo se había roto dentro de mí. Cualquier pequeño atisbo de esperanza o de ilusión se habían desvanecido tras mi conversación anterior con Alma.

Y ahí me di cuenta de que yo no era esa princesa de los cuentos a la que encerraban y luego conseguía a su amor verdadero, vivían juntos y comían perdices en el día de su boda. Esos que juntos formaban una familia y tenían pequeños bebés a los que cuidar y dar su amor.

Yo no lo era, tan solo era un peligro para todos los que me rodeaban. Y en cuanto a mi destino, mi destino era estar sola, sin poder amar. Yo no era tampoco la princesa del cuento de Pepa, no era egoísta , no arriesgaría su vida y la de todos los que amaba solo por mi propia felicidad.

Comencé a llorar. Sabía que debía parar pues el hielo se extendía y la temperatura no tardó en descender. El cielo se oscureció y ya había comenzado a granizar. 

Me sentía horrible, pero necesitaba desahogarme si quería hacer como que todo iba bien.

Mi vestido se cubrió de hielo, realmente ni siquiera me molestaba. No le prestaba la más mínima atención.

Me abracé a mi misma con fuerza y mi llanto se incrementó junto con la tormenta de granizo.

Narra Camilo.

Las chicas hablaban emocionadas sobre su plan cuando mi padre entró en la habitación alterado.

-Félix- Menos mal que todos estáis aquí. ¿Alguno sabe dónde está ____?

Un escalofrío recorrió mi espalda mientras que negábamos con la cabeza.

-Isabela- Sucede algo tío Félix.

El tío Bruno apareció tras de mi padre igual de alterado.

-Bruno- Bajad al salón y comprobarlo por vosotros mismos.

Lo seguimos rápidamente para acercarnos a las ventanas del salón y ver como el suelo estaba cubierto de granizo.

-Camilo- ¿Dónde está ____?

Un fuerte viento nos empujó y mi madre daba vueltas nerviosa por la habitación.

-Alma- Pepa, estás formando un tornado.

-Pepa- ¡QUE QUIERES QUE HAGA SI ABSOLUTAMENTE NADIE EN ESTA CASA SABE DONDE ESTÁ ESA CRIATURA! ¡¿SABES LO TERRIBLEMENTE MAL QUE SE DEBE SENTIR PARA QUE ESTÉ GRANIZANDO ASÍ?! ! NO, NO LO SABES!

Comencé a ponerme histérico yo también mientras que mi padre intentaba calmar a mamá.

-Camilo- ¿Quién fue el último en verla?

No obtuve respuesta y miré a Dolores suplicante, ella debía haberlo oído.

-Dolores- Lo siento hermanito, estaba tan centrada en nuestra conversación que no presté atención al resto.

-Camilo- Que bien...

Mi cabeza comenzó a pensar rápidamente en todos los lugares dónde ella podría estar sin obtener ningún resultado claro. Debía estar expresando físicamente lo nervioso que estaba pues la abuela me puso una mano en el hombro intentando calmarme.

-Alma- Camilo cielo, tranquilo. Se le pasará y volverá.

Me aparté rápidamente de ella mirándola incrédulo. ¿Acababa de decir lo que yo acababa de oír?

-Camilo- ¡NO!¡No podemos dejarla sola ahora! Puede que se calme o puede ir a peor. ¡No tienes ni idea de porqué está así, al igual que todos! 

-Bruno- Creo que yo podría ayudar.

Mi mirada se iluminó y corrí hacia mi tío, ¿cómo no se me había ocurrido antes?

-Camilo- ¡Necesitamos una de tus visiones tío Bruno!

-Bruno- Puede que no te guste lo que veamos en ella.

-Camilo- No es momento de ser cobarde, podré afrontarlo.

-Bruno- Entonces vamos.

Seguí a mi tío a su cueva de las visiones que ya había sido restaurada a través de un pequeño ascensor oculto que nos evitaba subir esas interminables escaleras, lo miraba impaciente mientras que él preparaba el pequeño ritual.

-Camilo- Podrías darte un poco más de prisa.

-Bruno- Voy lo más rápido que puedo.

Por fin se sentó y me hizo una indicación para que yo hiciera lo mismo en frente de él, le hice caso y un remolino de arena se formo a nuestro alrededor tiñéndose de verde. No se veía nada.

-Camilo- No veo nada.

-Bruno- Paciencia, Camilo.

Una silueta femenina comenzó a formarse frente a nosotros, estaba sentada en el suelo.

-Bruno- Es ella, ahí está.

-Camilo- ¿Y dónde es eso?

-Bruno- Parece un bosque.

-Camilo- Será que el bosque no es grande...

-Bruno- Es un claro. ¿No hay algún lugar al que le guste ir para estar sola?

-Camilo- Creo que sé donde está. Puedo intentar salir a buscarla.

Cuando pronuncié esas palabras la visión cambió.

-Camilo- ¿Qué está pasando?

-Bruno- Creo que es una boda, es un vestido blanco.

-Camilo- ¿De quién?

-Bruno- Estoy viendo lo mismo que tu. Hay una persona en medio.

-Camilo- Bueno da igual, necesito salir ya.

-Bruno- De acuerdo.

Mi tío finalizó la visión y yo le di las gracias para salir de su habitación corriendo. Me deseó suerte tras lanzarme un puñado de sal a la cara.

Llegué al salón donde vi que mi madre había conseguido calmarse un poco. Yo seguía alterado, miré por la ventana dándome cuenta de que seguía granizando con fuerza, me acerqué a la puerta pero mi abuela me detuvo.

-Alma- No puedes salir así.

-Camilo- Tengo que hacerlo.

El tío Bruno bajó las escaleras y se acercó a nosotros tendiéndome su cubo.

-Bruno- Toma Camilo, cúbrete la cabeza. Sé el caballero de brillante armadura y trae a la princesa de vuelta al castillo.

Su comentario junto con su determinación hizo que se me escapara una sonrisa sincera. Tomé el cubo y me lo puse en la cabeza para salir de la casita.

-Camilo- Muchas gracias tío bruno.

 Recorrí el pueblo corriendo, transformado en Antonio para ocupar menos y evitar la mayoría de golpes, por extraño que pareciera me estaba siendo muy útil el cubo del tío Bruno, pues me protegía la cabeza de las bolas de hielo que caían con fuerza.

Llegué al bosque y busqué ese lugar en el que había encontrado alguna que otra vez a ____ cuando esta no se encontraba del todo bien. ¿Cómo no se me había ocurrido buscar allí antes?

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Dramas. Les prometo que no es culpa de nuestra rayis ella no sabe relacionarse con personas. Recuerden que vivió 15 años encerrada.
Disfruten.

Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora