Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)

CAPÍTULO 52

Narra Camilo.

Me mantuve quieto mirando a mi tía, esperando también una orden que nunca llegó.

-Camilo- ¿Y yo? ¿Qué hago tita?

Me miró con ternura y me acarició el rostro unos instantes.

-Julieta- Mantente a su lado, es importante que no se quede sola de momento. No estoy segura de que es lo que le pasa.

Miré a ____, estaba más pálida de lo normal. 

-Camilo- ¿Tiene fiebre?

Ella asintió.

-Julieta- Ese es el problema, ella no debería tener fiebre nunca, su don regularía la temperatura rápidamente, es probable que no esté funcionando correctamente y su cuerpo no sepa como reaccionar ante esas condiciones.

Tragué saliva y coloqué una mano sobre la frente de ____, era cierto que estaba ardiendo. Se me hacía tan raro no sentir su piel fría.

-Camilo- ¿Las plantas a por las que mandaste a Mariano ayudarán con su don?

Mi tía negó con la cabeza.

-Julieta- Ayudarán con la fiebre, su temperatura es muy alta, tenemos que ocuparnos de eso primero, y de que despierte. Luego pensaré en como resolver el resto, ni siquiera estoy segura de que eso haya sido la causa.

Asentí con cuidado y me giré hacia la puerta cuando escuché a Isa subir las escaleras a toda velocidad. Entró en la habitación y se acercó a nosotros para tenderle una tina que contenía agua fría y un paño a mi tía. Esta tomó el paño y lo escurrió en la tina para colocarlo con cuidado sobre la frente de ____ quien se estremeció con el contacto y soltó un débil gruñido.

La miré con tristeza y tomé su mano, su piel estaba mucho más caliente que la mía. Sentí como Isabela apoyaba una de sus manos en mi hombro derecho como muestra de apoyo, aunque yo sabía perfectamente que solo pretendía hacerse la fuerte, estaba tan preocupada como yo, sino más.

Le sonreí débilmente, no podíamos venirnos abajo, no ahora.

-Julieta- De momento solo podemos esperar que despierte, al menos hasta que vuelva Mariano.

-Isabela- ¿Qué le ha pasado?

Mi tía nos miró con dulzura a ambos.

-Julieta- Estábamos de camino a la Casita, todo iba normal, estábamos charlando, incluso reímos en varias ocasiones, pero de repente se detuvo en seco porque había comenzado a sentirse mareada, la ayudé a sentarse y apareció Mariano, ayudó a ____ a caminar apoyándose en él pero a los pocos pasos se desmayó.

-Isabela- ¿La fiebre es normal?

Puse una mueca y me crucé de brazos.

-Camilo- La tita piensa que su don no está funcionando de forma correcta.

-Isabela- ¿Y no puedes probar con una de tus arepas?

La mayor negó con tristeza.

-Julieta- No parece una enfermedad de causa natural y yo no puedo hacer nada con mis comidas, de todas formas ahora eso es secundario. Lo principal es bajarle la fiebre.

Nos mantuvimos en silencio unos segundos. Fue entonces cuando Isa frunció el ceño, abrió la boca como si fuera a decir algo per la cerró de forma instantánea. Agitó un poco la cabeza haciendo que su cabello se cubriera de finas enredaderas y volvió a hablar.

-Isabela- ¿Crees que tardará mucho en despertar?

-Julieta- Espero que no, si no despierta de forma natural antes de la cena aproximadamente tendremos que forzarla a despertar y cortar la fiebre con un baño de agua fría. No creo que sea necesario, pero lo mejor será que no se quede sola de momento. 

Nosotros dos asentimos, no parecía que ninguno tuviera intención de irse de allí.

-Julieta- No sabemos si su don volverá a actuar así que no debéis acercaros demasiado ni bajar la guardia, puede incluso dañarla a ella. Si veis alguna señal de peligro tenéis mi permiso de intervenir como podáis.

-Isabela- ¿No sería mejor avisarte?

Mi tía volvió a negar.

-Julieta- No la dejéis sola, intentad hablar con Dolores y ella me avisará. Seguramente ya esté enterada de todo y estará poniendo al resto en contexto. No quiero que despierte sola ni que se ponga nerviosa.

Me miró directamente y luego miró a Isa de la misma forma.

-Julieta- Sé que es pediros demasiado, pero junto con Pepa sois con los que más tranquila está. Tampoco quiero que entre demasiada gente a la vez, cuantos menos mejor.

Dirigió su mirada a la ventana que teníamos detrás, había empezado a levantarse un viento bastante fuerte, mi tía suspiró.

-Julieta- Parece que Pepa ya está enterada, también tenemos que mantenerla tranquila a ella, no podrá ayudarnos si está provocando un huracán. Hablaré con ella y con Félix. Cuidar bien de ____ chicos.

Mi tía salió de la habitación dejándonos a Isabela y a mí solos con ____. Suspiré mientras me retiraba el pelo de la cara manteniendo mis manos unos segundos sobre mi frente. Respiré mientras asimilaba la situación y pensaba. 

Entonces fue cuando asentí varias veces en silencio, todavía sumido en mis pensamientos mientras que mi prima me miraba con algo de curiosidad. Ya lo había dicho mi tía, lo mejor que podía hacer de momento era cuidarla y quedarme a su lado ya veríamos que hacer cuando despertase. Cogí una silla y la puse al lado de la cama de matrimonio donde ____ reposaba, todo bajo la atenta mirada de Isa. 

Me senté y me quedé en silencio, observando a la de cabello castaño. Isa habló con la voz algo quebrada.

-Isabela- ¿Piensas que todo esto es cosa de su madre?

Negué con la cabeza.

-Camilo- No tendría sentido que la tomara con ____, si pretende separarla de nosotros para aprovecharse de ella debería ser yo el que estuviera ahora mismo en su lugar.

-Isabela- Puede que ella no sepa que ____ está así.

-Camilo- Más le vale que esto no sea cosa suya y que a ____ no le pase nada porque si no, estoy dispuesto a recorrerme todo el continente para encontrar a esa vieja.

Me crucé de brazos y relajé un poco la mandíbula, estaba apretando los dientes sin siquiera darme cuenta. 

-Isabela- Descuida que no serás el único, pero es lo único que se me ocurre. Hace realmente poco que esa mujer estuvo aquí y ____ estaba totalmente en guardia frente a ella.

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Espero que os guste, por mi parte lloré con este capítulo.