Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)

CAPÍTULO 44

Narra ____.

Me quedé mirando a Camilo mientras que la nieve seguía cayendo sobre mí. Realmente se veía tierno cuando se ponía nervioso y adoraba sus arrebatos de sinceridad, pero no podía evitar sonrojarme. Todos en la sala guardamos silencio y continuamos desayunando como si ese pequeño incidente no hubiera tenido lugar.

Reuní valor para retomar de nuevo la conversación una vez logré calmarme y hacer que dejara de nevar.

-____- Estaría bien no pasar el día sola, claro si la oferta sigue en pie.

El joven de rizos me miró con curiosidad, sonreí tímida y entonces se dio cuenta de que era con él con quien hablaba y me sonrió nervioso.

-Camilo- Claro, claro que si yo encantado de dormir.. de pasar el día contigo.

-____- Gracias.

Reí un poco y terminé mi desayuno, me levanté para despedirme de los allí presentes.

-____- Entonces será mejor que vuelva a la cama, al menos por un rato.

-Dolores- Descansa ____.

-Pepa- Y no te preocupes por la hora de la hora de la comida, podemos guardarte tu parte para más tarde.

Les sonreí y miré a Camilo que me miraba sin saber que hacer. Pasé mi vista por sus platos, él también había terminado.

-____- ¿Vas a venir o nos vemos más tarde?

-Camilo- ¿Puedo?

Me encogí de hombros con una sonrisa y me encaminé hacia la puerta. El se levantó rápido y torpemente para seguirme. Comenzamos a subir las escaleras.

-____- ¿Entonces si que vienes?

-Camilo- ¿Podré abrazarte?

Me sorprendió y me detuve para mirarlo a los ojos.

-____- ¿Decías en serio lo de que querías dormir conmigo?

Él solo asintió y yo sentí como comenzaba a nevar sobre mí y debido a su cercanía también sobre él.

-Camilo- Adoro dormir contigo, solo fue una vez, pero ya te dije que para mí fue realmente agradable. Aunque esa misma mañana casi me congelaras por hacerte despertar.

Rio un poco y yo bajé la mirada sonrojada. Su risa se detuvo y sentí como tomaba mi mentón con su mano elevando mi rostro y haciéndome mirarlo a los ojos.

-Camilo- Ey, sabes que no me molestó, todo está bien.

Giró un poco su rostro para sonreírme de forma adorable. Me encontraba divagando en mis pensamientos cuando sentí la presión de sus cálidos labios sobre lo míos. Fue un beso fugaz, apenas un par de segundos y luego se separó de mí para correr escaleras arriba.

-Camilo- Te apuesto lo que quieras a que llego antes que tu.

Reaccioné un poco tarde para comenzar a correr tras de él.

-____- ¡Eres un camaleón tramposo!

-Camilo- Pero me adoras.

Me echó la lengua y yo pisé el suelo con algo más de fuerza haciendo que este comenzara a congelarse hasta llegar donde Camilo estaba y pararle literalmente los pies. Caminé hasta él con tranquilidad para luego mirarlo victoriosa mientras cruzaba mis brazos.

-____- Creo que voy a ganar.

-Camilo- ¡Eso es trampa!

-____- Tu empezaste.