XLV- Terapias

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Amanecer a su lado es gratificante, es una sensación hermosa, me encanta despertar y verlo a él, sus ojos cerrados y sus grandes pestañas, su boca ligeramente abierta.

Son las seis de la mañana, a esa hora puse mi despertador para poder hacer mis cosas con calma y llegar puntual a mi primera cita.

—Buenos días, wawa. —menciona con su voz ronca.

—Buenos días, wawa.

—¿Qué estás haciendo parada tan temprano?

—Tengo una cita en el hospital, ¿recuerdas?

—No lo olvidaría, pero deberías de descansar más.

—Quiero ir con calma, no necesito prisas en mi vida.

—Bien. —accedé estirándose en la cama.

—Iré a bañarme, necesito estar fresca como lechuga.

Él soltó una risita y me asintió, yo me metí al baño y tomé una ducha rápida.

Saliendo me puse ropa muy cómoda y cepillé mi cabello, vaya error, porque el cepillo acabó lleno de cabello y yo con muchas ganas de llorar. Antes de que Aidan se diera cuenta lo guardé rápidamente en mi cajón y me trencé mi cabello.

Salimos de casa con buen tiempo, para llegar puntuales. Odio los olores del hospital, pero es algo a lo que me tengo que acostumbrar de ahora en adelante.

Al llegar vimos al mismo doctor que nos atendió el día de ayer.

—Buenos días, veo que se tomaron muy en serio esto de la puntualidad.

Ambos asentimos y le regalamos una sonrisa.

—Vengan de este lado.

Nos guió por un pasillo para después abrir una puerta que llevaba a un cuarto grande, pero con muchas personas adentro, todos ellos estaban tomando tratamiento, muchos dormían, otros leían, y muchos estaban solos.

—Bien, pueden esperar aquí. —señaló un sillón— en un momento tu médico estará aquí con ustedes.

—Está bien. —volví a sonreírle y el doctor se marchó.

Al cabo de unos largos minutos, un chico demasiado joven entró a la habitación y se dirigía a nuestra dirección.

—Así que Grey.

—Así es.

—Hola Grey yo soy Julian, y seré tu doctor, ¿qué te parece si empezamos con esto?

—Empecemos.

—¿Ya sabes que proceso es el que usarás?

Niego.

—Bien, creo que no te dijeron. Tienes dos opciones para recibir el tratamiento, intravenosa o catéter, ambas duelen, y ambas...

—La del catéter. —me decidí finalmente.

—Bien. —sonrió y se levantó para ir a una tipo oficina, no tardó mucho y regresó con algo en las manos— el catéter irá en tu vena, un poco debajo de tu clavícula, luego se pasará a la vena que conecta con el corazón.

Aidan y yo nos quedamos viendo, demasiado asustados, era algo demasiado imposible de entender.

—Ya que expliqué eso, vamos con lo demás, dentro de esto —señaló el catéter— irá otra aguja aún más grande para que empecemos con la extracción. —jaló una máquina que teníamos a lado— para que a la hora que esto prenda empiece a hacer el trabajo de la leucoféresis, que en términos de no doctor, limpie tu sangre, por eso tiene estos dos orificios el catéter, uno sirve para extraer y el otro para devolver, cabe recalcar que esto lo usaras como si fuera parte de tu cuerpo, será como el SIM de tu teléfono, sólo que lo traerás tú. En cada sesión. sólo se conectarán los sobrantes del catéter, quitamos estos dos, los tiramos después de cada uso y lo interior se queda en tu vena ¿Ves que fácil es?

Two Ways © [✔︎completa✔︎]Where stories live. Discover now