XLIV- Rebuscar

41 8 5
                                    

Abrir el pasado es como abrir un baño público, nunca sabes a ciencia cierta que clase de sorpresa vas a llevarte.

Grey

La situación era bochornosa, y no porque me incomodora estar ahí, sino porque me incomodaba él, su presencia me asfixiaba, su presencia me hacía sentir una gran repulsión, no entiendo como es que estuve saliendo tanto tiempo con él.

—Así que mi querida luciérnaga, ¿te casas?

—Deja de llamarme así. —pedí molesta.

—¿Ahora te molesta que te llame así? Si recuerdo que te encantaba que lo hiciera y más cuando...

—¿Qué es lo que quieres? —corté de tajo.

—Saber de ti, ¿no es obvio?

—No tienes nada que saber, así que si me permites. —agarro mis cosas y las de mis amigas— me retiro.

—Alto ahí, luciérnaga. —me toma del brazo— yo no he acabado de hablar.

—Yo si. —me suelto salvajemente de su agarre.

—Creo que no. —le da un trago a su bebida— me dijeron que estuviste enferma, ¿qué tanta verdad hay en eso?

Me tenso al instante, ¿cómo se va a enterar? ¿por quién?

—Por tu cara de terror puedo asumir que es muy cierto.

—¿Quién te dijo eso?

—Una persona que es muy cercana a ti, bueno, mejor dicho que era. Porque también lo dejaste por debajo de Aidan.

—¿Quién? —exigí saber.

—Adivina adivinador.

—No estoy para juegos, ¿quién?

—¿Tan rápido te rindes?

—Si.

—Bien. —se cruza de brazos— ¿Te suena el nombre Mateo? —arrastró cada letra al momento en que mi corazón latía cada vez más rápido— Creo que también te suena, vaya. Pues mira, tan pequeño es el mundo porque Mateo es mi hermano, ¿nada de parecidos, verdad?

—Eso no puede ser cierto.

—Claro que puede, porque lo es.

—No.

—Definitivamente si, él me contaba de ti, como estaba tan loco enamorado por ti, nunca me pasó por la cabeza que se trataba de esa Grey, hasta que te vi en una foto, supe que seguías estando a lado de Aidan, pero definitivamente lo del compromiso me tomó por sorpresa. Mateo no me habló de ninguna boda.

—No tenía porque decírtelo.

—Pero ahora que recuerdo, un día Mateo llegó demasiado enojado, nunca me quiso decir porque, ahora todo tiene sentido, asistió a tu fiesta de cumpleaños que se convirtió en una pedida de mano, vaya que mente tan imaginadora tengo.

—¿Cómo está él? —hago caso omiso a todo lo que me ha dicho.

—No lo sé.

—¿Cómo no lo sabes si es tu hermano?

—Es que no lo sé, hace un tiempo que no sabemos nada de él, hasta renunció del hospital y se fue.

—¿No tienes forma de comunicarte con él?

—Si.

—Necesito su número.

—¿Qué recibo?

Two Ways © [✔︎completa✔︎]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz