CAPITULO 20

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CAPITULO 20


AARÓN FOX

Aterrizo en Puerto Rico y ya el coche que pedí está esperando fuera del jet.

- Bienvenido, señor -

Uno de mis hombres me abre la puerta del auto y subo al asiento de atrás.

- ¿ Directo al hotel o le gustaría pasar por otro lado antes ? -

- Al hotel - ordeno y comenzamos a dirigirnos al lugar.

A noche tuve una gran despedida por parte de Avril y quisiera traerla conmigo pero tiene clases e la universidad y no puedo estar interviniendo en sus estudios... al menos no siempre.

Tras unos minutos más tarde llegamos al lujoso hotel y me adentro en el deteniéndome en la recepción.

- Bienvenido, ¿en que podemos ayudarlo ?- pregunta una joven con gafas sin despegar la vista de la computadora.

- Tengo una reservación para la suite Dorada -

La chica despega la vista de la computadora para observarme y me analiza con la mirada para después sonreírme coquetamente.

Imagino como Avril se abría puesto seria y apretado la mandíbula como lo hace cuando otras mujeres hacen eso y sonrío en mis adentros.

- Claro, ya le entrego su tarjeta -


se gira para tomar algo y luego vuelve hacia mi para entregarme la llave y se recarga en el mostrador exageradamente haciendo notar más sus pechos.

- Lo que sea que necesite solo tiene que pedirlo - pasa una de sus manos por el escote del uniforme - lo que sea...

Tomo la tarjeta de una vez y la miro seriamente.

- Si sigue inclinándose de esa manera se va a caer -

Ella avergonzada se sienta en su silla de nuevo y yo comienzo a caminar hacia el ascensor.

Presiono el botón del último piso y las puertas se cierran comenzando a subir.

Miro el ascensor y sonrío con los labios cerrados recordando mi primer encuentro con Avril, el cual fue en un ascensor igual a este.

Las puertas se abren y comienzo a caminar hasta llegar frente a la suite y pasar la tarjeta haciendo que ésta se abra y me adentro en ella cerrándola a mis espaldas.

Lo primero que hay al entrar son tres sillones blancos, una pequeña mesa de centro y una pantalla plana de unas 80 pulgadas. Al seguir un poco más un comedor se hace presente y más atrás una cocina. Tras las puertas corredizas una cama matrimonial un sillón , un balcón y grandes ventanas.

Mis maletas no tardan en llegar y las colocan en la habitación mientras yo me siento en la sala de estar tomando el control del televisor.

- Ya acomodamos todo señor, con permiso - dicen las trabajadoras del hotel.

- Gracias.

Se retiran y yo procedo a quitarme la chaqueta del traje y comenzar a buscar un programa de mi agrado.

Mi móvil suena indicando una llamada entrante.

Rubia.

Sonrío antes de contestar.

- Hola, bonita.

- ¿Que tal?, ¿Ya llegaste a Puerto Rico?

- Bien, ya llegué al hotel, tu qué haces?

- Pues.. llamaba para proponerte algo


No se por que tengo el presentimiento de que será algo que me va a gustar.

- Suéltalo

- Pues ya que no estamos en el mismo país, quería proponerte tener sexo telefónico está noche.

Bien, eso me puso duro demasiado rápido.

- Pequeña traviesa, ya tienes ganas y ni hace doce horas que me fui - reí.

-¿Eso es un no?

- Jamás te diría que no a un polvo, aún que sea por teléfono.

- De acuerdo, entonces te llamaré en la noche.

- ¿Y por qué no ahora?

- Ahora no puedo, le prometí a mamá ir a comprar unas cosas con ella y la ayudaría con un evento que tiene.

- Supongo que tendré que esperar, ¿a que hora llamaras?

- Como a las 8 o 9 de la hora de aquí de Londres, ¿te parece?

- Esta bien, esperaré tu llamada rubia.

- Okay, hablamos más tarde, tengo que colgar ya tengo que irme.

- Adiós rubia.

La llamada finaliza y me quedo con un duro problema en mi entrepierna por la mención del sexo telefónico, reviso la hora y recién son las 6 p.m., suelto un bufido y tomo el control del televisor buscando una película que me distraiga de mi problema.

Y para empeorar la situación todos los programas que aparecen son de sexo lo que hace que mi entrepierna se ponga más duro haciendo que moleste.

Resignado dejo el televisor en un programa y termino de desabotonar mi pantalón y libero mi miembro comenzando a masajear de arriba a abajo como un puto adolescente mirando el televisor imaginando que aquellas posiciones las hacemos yo y Avril.

Esto es ridículo he indignante. Tengo que estar tomándome como un adolescente sin actividad sexual en ves de follarme a alguna chica.

Se que si llamo a incluso las trabajadoras del hotel vendrán, pero no quiero hacerlo. Simplemente pienso en Avril y en que le di mi palabra de que seremos exclusivos. Se que si me acuesto con una mujer aquí ella no se enterará pero siento que solo ella me llena y sacia. Siento que solo quiero estar en su interior.

¿por qué?, ¿por qué siento esto?.

Por el acuerdo

Claro es por eso, el acuerdo. Le prometí que seríamos exclusivos y soy un hombre de palabra. Esa es la única explicación.

Después de todo, ¿que otra razón abría?.

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What you cause in me (+18) ©️✔Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum