CAPÍTULO 19. ATAQUE

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Harry estaba en su dormitorio. Había ido a por un jersey porque mientras charlaba con Hermione, Ron e Ian en la sala común le había entrado fresco. Al abrir el armario vio su reflejo en el espejo que estaba situado en el interior de la puerta. Después de la última noche con Malfoy, las dudas se agolpaban cada vez más en su cabeza. Ya había meditado con anterioridad sobre qué pensarían sus seres queridos de su aventura con Draco Malfoy. ¿Pero qué pensarían sobre el hecho de que para él aquello, clarísimamente, se había convertido en algo más? Aunque le costara admitirlo y a veces incluso creerlo, actualmente Malfoy era una fuente de felicidad en su vida y sentía que ese tipo de cosas era algo que debía compartirse con mínimo sus mejores amigos. Ya les había estado engañando durante demasiado tiempo y aquello se estaba convirtiendo en una gran bola de mentiras con la que cada vez se sentía menos a gusto. Harry solamente esperaba no hacerles daño cuando revelara la noticia, pues sabía que ambos habían sufrido mucho por culpa de los Malfoy en general. De momento había algo que Harry sí que tenía claro: no iba arriesgar dañar a sus amigos contándoles semejante bomba sin asegurarse primero de que los sentimientos de Malfoy también eran verdaderos. ¿Sería posible que se sintiera de igual manera, o en realidad era todo un juego para él del que tarde o temprano se iba a cansar?

Al regresar a la sala común, se encontró con que Ron estaba jugando con Ian al ajedrez mágico, o más bien dándole una paliza, mientras que Hermione leía un libro ensimismada. Aprovechando que ya había hablado con Ron sobre su propia situación sentimental, decidió resolver algunas de sus dudas sobre los posibles sentimientos de Malfoy con Hermione, por supuesto sin desvelar su identidad.

—¿Cómo sabes si alguien siente algo por ti?

—¿Hmm? —Hermione alzó la vista del libro y le miró a los ojos.

Harry que creyó que la chica no le había escuchado correctamente, se aclaró la garganta y repitió la pregunta. Antes de responder una cálida sonrisa se dibujó en la cara de su amiga.

—Oh, Harry —dijo con ternura mientras apartaba el libro y lo dejaba sobre la mesa para prestarle atención—. Bueno, uno nunca puede estar seguro al cien por cien, pero puede haber ligeras pistas. A veces puedes notarlo cuando esa persona te muestra más atención de lo normal. Según la manera en que te trata, si se preocupa por ti... Ese tipo de cosas.

Lo cierto era que la forma en que Malfoy trataba a Harry distaba mucho de parecerse a la manera en la que una persona normal trataría a alguien de quien está enamorado. Aquella explicación más que resolver sus dudas le confundió aun más.

—También se demuestra cuando esa persona quiere hacer planes contigo como, no sé, salir a tomar algo o a visitar algún lugar bonito.

Hermione que había estado pensando en Ron para describir cómo creía ella que se detectaba si alguien estaba enamorado de uno, soltó una risa entonces al recordar cuando el pelirrojo se había puesto celoso por el hecho de que ella había asistido como acompañante de Viktor Krum al baile de Navidad. Pero los celos no tenían por qué ser una muestra de amor, sino más bien de inseguridad por parte de la persona, por lo que no nombró aquello.

—Si no siempre te queda la opción de utilizar la flor lapis —dijo Hermione risueña. Bien era sabido que ella creía poco en las supersticiones.

—¿Cómo? —preguntó Harry arqueando una ceja.

—También se la conoce como planta de la unión— continuó  Hermione—. En el libro de Historia sobre Hogwarts leí que en el Bosque Prohibido existe esta flor de pétalos naranjas. Según cuenta la historia, si dos personas verdaderamente enamoradas tocan su tallo a la vez, se desencadenará una pequeña corriente eléctrica que cambiará los pétalos de color naranja a un intenso tono azul.

SIN PRISA PERO SIN PAUSA (Drarry)Where stories live. Discover now