CAPÍTULO 14. DIFICULTADES

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Harry salió de la taberna de Las Tres Escobas a toda prisa. Se dirigió a la tienda de plumas en busca de sus amigos mientras trataba de bloquear en su mente lo que acababa de suceder.

—Por fin —dijo Ron cuando vio aparecer a su amigo— llevamos esperándote más de un cuarto de hora.

El cerebro de Harry trabajó a toda prisa para idear una excusa.

—Lo siento, chicos. Me encontré a alguien cuando venía de camino y me paré un rato a charlar— soltó diciendo lo primero que le vino a la cabeza.

—¿A quién te encontraste? —preguntó Hermione arqueando una ceja. Sabía que su amigo no era la típica persona extrovertida y sociable que se paraba a conversar con conocidos en mitad de la calle.

—A... la prefecta de Hufflepuff.

Ron le miró con cara sospechosa.

—¿Conoces a Natalie Brent? —le cuestionó.

—Claro —afirmó el moreno. Ni siquiera sabía que ese era el nombre de la prefecta. Las manos le sudaban, así que se las metió en los bolsillos y miró al suelo disimuladamente para que su cara no le delatara. Harry era pésimo mintiendo y más cuando se trataba de sus amigos. Pero, de seguir por este camino, acabaría convirtiéndose en todo un maestro—. Alguna vez me he sentado con ella en Herbología.

—Ahh... claro —dijo el pelirrojo haciendo como que había caído en su engaño. Ron prefirió cambiar de tema— ¿Conseguiste limpiar tu camiseta?

La pregunta de su amigo le hizo recordar que no llevaba nada debajo de la sudadera y en un acto reflejo, se subió la cremallera todo lo que pudo, tanto que acabó pillándose la piel del cuello. Se maldijo a sí mismo por dentro.

—Eh, sí, bueno más o menos —respondió pasándose una mano por la zona para calmar el dolor. Otra mentira más que añadir a la lista, pero de ninguna manera podía explicar a sus amigos que la había tenido que tirar a la basura porque se había limpiado el semen de Draco Malfoy con ella. Se sonrojó al recordar lo excitado que se había sentido hacía tan solo unos momentos, pero seguidamente clavó sus uñas en la palma de sus manos con rabia pensando en lo que había sucedido después. Toda la situación le provocaba sentimientos encontrados, eso sin contar lo incómodo y frustrante que era el tener que mentir a sus amigos. Harry echó a andar por delante de ellos, dándoles la espalda—. Mejor volvamos al colegio. Se está haciendo tarde.

La pareja le siguió a paso lento por detrás y le dieron ventaja a Harry para poder hablar entre ellos sin que éste les escuchara.

— ¿Natalie Brent? —le susurró Hermione meneando la cabeza y colocando los brazos en jarras—. ¿Prefecta de Hufflepuff?

—Lo sé, Harry no habló con ninguna Natalie Brent porque me inventé el nombre. Quería comprobar si nos estaba engañando.

—La prefecta de Hufflepuff se llama Winona Leung —dijo Hermione como si fuera algo obvio—. No puedo creer que ninguno de los dos os sepáis el nombre de los prefectos.

—Lo importante es que funcionó —respondió Ron encogiéndose de hombros—. Ahora sabemos que no nos estaba diciendo la verdad. Seguro que andaba con la misma persona con la que estuvo en la fiesta de disfraces.

—Ron ya basta. Si Harry no quiere contarnos nada, debemos respetarlo.

—Pero somos sus mejores amigos. ¿Por qué no confía en nosotros?

—No lo sé, pero estoy segura de que Harry tendrá sus motivos por lo que deberías dejar de presionarle.

Ron rodeó a Hermione por la cintura y ambos continuaron caminando en silencio. Sabía que su novia tenía razón, pero aun así se sentía algo frustrado por la desconfianza que le estaba demostrando su mejor amigo.

SIN PRISA PERO SIN PAUSA (Drarry)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora