C42: "Manipuladora"

2.6K 185 8
                                    

Saben a pesar de que siempre me han considerado una persona que olvida y perdona fácilmente pueden apostar a que no lo soy. Un claro ejemplo es él por que regrese con Kendall después de lo que me hizo y la respuesta es simple, venganza. Ella me tiro como si fuese basura y me trato como una los años siguientes, ella acaso pensó en que de pronto una noche donde me dijera mentiras y me diera unos cuentos besos bastaría para olvidar lo que me hizo, está muy equivocada. Quiero que ella sufra todo lo que yo sufrí y por eso debo hacer que ella crea que la perdone y cuando esté enamorada tan locamente de mi que no pueda respirar si no estoy con ella, la dejaré. Respecto a que descubran lo nuestro, eso no me preocupa en lo absoluto. Total esta familia ya se dio por vencida conmigo así que no me interesa lo que piensen de mi, pensándolo bien sería genial que lo supieran así Kendall sufriría más.

— Aquí estas - Anuncia Kendall entrando a su habitación en la cual estaba yo. — Te extrañe - Dice mientras coloca sus manos sobre mi cuello.

Una sonrisa se posa en mi rostro, es increíble la habilidad que tiene para mentir. — También te extrañe - Se acerco a besar mis labios pero voltee mi cara haciendo que su beso cayera en mi mejilla.

— ¿Pasa algo? - Pregunta confundida.

— No, no pasa nada, es solo que tengo aliento matutino - Me excuse rápidamente.

Ella no parecía muy convencida con mi respuesta pero lo dejo pasar.

— Hm ... Está bien. ¿Quieres salir o prefieres que nos quedemos aquí? - Puedo notar una mirada lujuriosa salir de ella, es obvio las intenciones que tiene conmigo.

— Podríamos quedarnos y ponernos al día tú y yo - Ella pareció muy feliz con mi respuesta.

— Entonces ven aquí, tengo algo preparado solo para ti - Me tomo de las caderas y me lanzo a la cama, ella se quedó de pie y se fue desprendiendo de sus prendas hasta quedar en un diminuto conjunto negro. —¿Te gusta? - Pregunto mordiéndose su labio.

Ella podía ser una mentirosa y una manipuladora de mierda pero era increíblemente sensual y por más enojo que tuviera con ella mi cuerpo reaccionaba por si solo y digo si quiero que mi plan funcione debo poner de mi parte ¿No?. Si no la toco ella podría sospechar y no puedo permitir eso a estas alturas.

— Me encanta - Ella sonrió con picardía y después vino a mi y se colocó sobre mi regazo.

— Tócame, por favor. No sabes cuánto te necesite todo este tiempo y las veces con que fantasee contigo tocando todo mi cuerpo - Imploro en voz baja. Pasó sus manos sobre mi cuello y acarició suavemente mi nuca.

Mi cuerpo empezó a reaccionar ante ella y un calor se apoderó de mi, mi corazón latía con fuerza, mis manos como si tuvieran vida propia pasaban desde su trasero hasta su espalda y mis piernas temblaban sin control. Cada célula de mi cuerpo quería o más bien pedia a gritos que la poseyera.

— Te mentiría si te dijera que no pensé en esto también, muchas noches fantaseé contigo sobre mi y es más de lo que podía soportar - Mi voz se empieza a entrecortar.

— Ya no tienes que imaginar nada, aquí me tienes y puedes hacer conmigo lo que quieras. Tienes libre acceso a mi cuerpo - Créeme Kendall haré contigo lo que quiera pero no te prometo que te gustará.

Se acerco a besarme y esta vez no me moví, nuestros labios se fundieron en un beso que con el pasar de los segundos se convierto en una lleno de lujuria y deseo. Ella me tomaba por la cabeza con fuerza para que no rompiera el beso y yo sujetaba sus caderas con fuerza pegándola más a mi cuerpo causando una maravillosa fricción entre nosotras. Sus manos descendieron por mi camisa que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba por algún lado de la habitación. Desabrocho mi sujetador y beso mis pechos, mi respiración se cortaba cada vez más. Tire mi cabeza un poco hacia atrás y dejé caer mi cuerpo sobre mis brazos que estaba apoyados a los lados de la cama dándome soporte, tome su cabeza que aún seguía en mi pecho y enterré mis dedos en su cabello. Ella después de unos minutos subió sus labios a los míos y los beso con hambre y desesperación, con mi mano libre desabroche su sujetador y lo lance por alguna parte de la habitación y me tome un momento para admirarlos, quien era yo para negar que su cuerpo es hermoso, lastima que sea una perra.

— ¿Harás algo o solo verás? - Pregunto algo desesperada y con la voz entrecortada.

Tome sus caderas y la pegue más a mi para después hundir mi rostro entre sus pechos dejando mordidas y caricias sobre ellos, ella se retorcía por mi tacto y gemía sin pudor alguno. Si alguien sabía ponerme caliente era ella y por un segundo me sentí como esa niña de 16 años que estaba loca por ella. Nos di la vuelta y quede sobre ella, bese sus labios e inicie un camino de besos desde sus labios hasta su monte de Venus. Ella se retorcía y maldecía conforme bajaban mis caricias, adentré uno de mis dedos en sus bragas y toque su feminidad y pude sentir que estaba húmeda, me pareció algo loco por que apenas y la había tocado.

— Eres un desastre aquí, Kenny - Dije con una sonrisa de burla y ella se sonrojó. — Está bien, me encanta.

Retire sus bragas con cuidado y lentamente, me urgía sentir mi piel con la suya y por eso evité el juego previo, saqué un preservativo de mi pantalón y después me retiré este quedando solo en ropa interior. Kendall se quiso sentar para ayudarme a quitar mi ropa interior pero la empuje de nuevo a la cama.

— No, no pequeña. Aún no te ganas el derecho de tocarme - Ella hizo un puchero que enseguida bese.

— Pero quiero tocarte, no es justo. Yo te di mi cuerpo entero - Puse mi dedo en sus labios y ella guardo silencio.

— Hoy no, pruébame que de verdad quieres hacerlo, mientras tanto yo te tocaré a ti - Nunca me había considerado dominante en el sexo pero esta vez dejaría claro quién está a cargo ahora y que no soy esa niña que la obedecía en todo y eso incluía la cama.

Toque mi longitud consiguiendo despertarla por completo, pude ver los ojos de Kendall tornarse negros ante la excitación. Saqué el preservativo y lo coloqué entre jadeos bajo la atenta mirada de ella que parecía perdida en mi cuerpo. Una vez lista me deslicé sobre ella y entré de una sin previo aviso. Ella clavó sus uñas en mi espalda y chilló tan fuerte que estoy segura que si no viviera en una zona residencial sus vecinos nos hubieras escuchado. Sin esperar a que pudiera reponerse empecé a embestirla, coloqué mis manos a los lados de su cabeza y sus piernas en mis hombros. Ella pasaba sus manos por todo mi cuerpo y las enterraba en mi abdomen mientras yo entraba en ella sin compasión, de alguna manera desataría mi frustración con ella así fuera en el sexo, no me importa si la lastimaba, solo quería cogerla tan duro como pudiera.

— ¿Te gusta? - Pregunte mientras seguía embistiéndola, ella no me contestó así que tome su cara entre mis manos y la obligué a mirarme. Tenía su cara tensa, sus ojos me miraban con excitación y a la vez con confusión. — ¡Contéstame! - Pedí una vez más.

Ella mordió sus labios y asintió, así que la tome más fuerte — Me encanta, por favor no pares - Suplico y yo sonreí con victoria, la tenía justo donde quería.

Unas embestidas más y se corrió, a los segundos lo hice yo también. Me tumbe a su lado en la cama y ambas recuperábamos la respiración. Me levante y fui directamente al baño en donde mojé mi rostro que aún estaba caliente y tome aire, era difícil no mezclar mis sentimientos o confundirme con todo esto, no podía arruinar mi plan, ella era una manipuladora y yo no podía caer de nuevo en sus mentiras.

— Hey, ¿Estas bien? - Pregunto entrando al baño y abrazándome por la espalda y dejando besos en mis hombros y cuello.

— Si, solo necesitaba refrescarme - Dije con una sonrisa a través del espejo.

— Volvamos a la cama, amor - Se miraba tan feliz que por un segundo sentí lástima, pero recordé todos los años que sufrí por ella y lo olvidé por completo.

🔥

Al Límite Where stories live. Discover now