❝Atsushi Sendo❞

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   —One shot fuera de la temática Soulmates

   Tuvo que detenerse por un instante, considerar las direcciones que poseían mayor índice de escape y calcular cuántos minutos tenía para ser descubierta

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   Tuvo que detenerse por un instante, considerar las direcciones que poseían mayor índice de escape y calcular cuántos minutos tenía para ser descubierta. Todo aquello bajo su ojo derecho palpitante como un tic nervioso y una grave movilidad reducida. Luego de rebatir qué camino escoger, retomó la marcha con el sonido de unos zapatos tras su espalda; convirtiendo la escena aún más escalofriante que cuando recibió los primeros golpes. La pandilla que se había cebado con Alexandra ni siquiera había nacido, no tenía nombre y mucho menos era conocida por Japón. Sin embargo, estaban trabajando para que eso cambiara.

   Esa tarde, uno de los líderes creyó conveniente jugar con unos gatos abandonados cerca de la Escuela Secundaria Mizo; lugar en el que la morena estudiaba y del cual, justo en ese instante, acababa de salir. Una vez cruzó los muros que separaban a una meticulosa y delicada estudiante, la joven se transformó en lo que verdaderamente era: una muchacha de carácter irascible y un genio de lo bastante exasperante. Su voluntad por querer hacer justicia; honrar a su abuelo paterno, Ayato; y la idea de proteger a aquellos débiles e indefensos, le resultaba atractiva. Por ello, jamás dudó en arremeter contra los delincuentes cuando el cabecilla de turno pateó a los felinos.

   Una horda de emociones envolvió su anatomía, sintiendo cómo la ira viajaba por sus venas; incluso movió las piernas hasta el parque por inercia. No era ella quien tenía el control sobre su cuerpo, simplemente hizo lo único que dictaba su cerebro: acabar con el maltrato animal.

   Fue todavía peor al escuchar que meterían petardos de clase II por todos sus orificios. “Explotemos a estas mierdas” rió uno siendo secundado por las carcajadas de los demás. Estaba asqueada y encabronada. ¿Por qué razón dañarían de esa manera tan vil a algo que carece de maldad? Podía asegurar que en el mundo hacía falta mayor humanidad, pues lo que sobrevivió por siglos solo eran demonios e hijos de puta a los que hacer escarmentar.

—¿Es divertido?—Preguntó ella interrumpiendo al grupo; giraron de inmediato con aires de grandeza y sonrieron de par en par. “Otra presa” pensaron todos.

—¿Qué coño quieres, niñata?—Contrapreguntó un gigante con más grasa que músculo. Exhaló el humo del cigarro y lo tiró sin culminarlo: Alexandra iba a estar en problemas—. Más te vale que huyas, porque como no lo hagas voy a…

—Sí, sí, sí—Canturreó ella cortando sus palabras—. Vas a matarme, si; he oído eso varias veces. Para ser unos pandilleros, dejáis mucho que desear, ¿no creéis?—Deambuló por el césped mientras estiraba los brazos y las piernas—. Quiero decir, sois demasiado cobardes como para enfrentar a una persona que os metéis con lo único que nunca podría defenderse: un animal. ¡Qué patético!

❝One-Shot | Tokyo Revengers❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora