❝Hakkai Shiba❞

1K 36 4
                                    

—One shot fuera de la temática Soulmates.

—Yandere;

Lo clasifico como tal por modificar la personalidad de Hakkai, simulando su docilidad por fuera en contraste con lo obsesionado que se encuentra por la protagonista.

   Como un depredador viendo a su presa, Hakkai se encontraba en la esquina del local, moviendo en círculos su cucharilla y chasqueando los dientes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

   Como un depredador viendo a su presa, Hakkai se encontraba en la esquina del local, moviendo en círculos su cucharilla y chasqueando los dientes. Escuchar y advertir en los ridículos intentos de coqueteo de ese chico le estaba arañando las entrañas. Las ganas de golpear su estólido rostro y, tal vez, dejarle sin miembro viril se estaba convirtiendo en una idea cada vez más atractiva. Más real. Sin embargo, no iba a hacerlo por el simple y llano hecho de que la joven se hallaba presente. Lo último que deseaba era asustarla luego del arduo trabajo por hacerse su amigo —aunque lo cierto era que solo podía catalogarse como un cliente habitual, nada más allá que indicase algún tipo de acercamiento hacia ella—. 

   Alexandra sonreía con los labios sellados, de una forma tan exagerada, que el de cabello azulado sospechó que se encontraba incómoda. De hecho, las horas que había pasado en la cafetería sentado, simulando que era un estudiante ejemplar, sirvieron sobremanera. Dieron fruto a dos cosas; la primera: salir del infierno que vivía en casa; la segunda: conocer a la castaña. Incluso sin haber intercambiado una conversación decente, podía deducir o adivinar reacciones y gestos de su —casi— chica. Ese “casi” siempre le quebraba el alma y la cabeza, porque no hubo día que se le pasara reprocharse cuán idiota era por ser tímido. Luego de que la sonrisa desapareciera en una mueca, la empleada alzó la mirada chocando con la de Hakkai Shiba, cuyo corazón bombeó con fuerza. Le daría una arritmia, estaba seguro de ello.

   Lamentablemente, la escasa atención que había ganado, culminó al ser llamada por otro cliente, un adolescente que babeaba viéndola en falda y delantal. Hakkai no necesitaba leer los pensamientos del chico para verificar que era un maldito depravado sexual. Apretó los puños bajo la mesa, cerró los ojos. El estómago se le había encogido, dejó el té a mitad junto al par de Taiyakis que lo observaban con un tono de advertencia, como si supieran que él tampoco era inocente. Porque no lo era. El menor de los Shiba podía parecer un muchacho corriente, o, en demasía, un ególatra amante de las peleas. La realidad se hallaba a leguas de las conjeturas, Hakkai tenía un grave problema.

   Hakkai Shiba se obsesionó con una estudiante de secundaria que trabajaba media jornada en “Peanuts Café”; un lugar acogedor tras el ajetreo de Tokyo y sus calles, ya inaguantables del gentío.

   La primera vez que el peli-azul visitó la cafetería, lo hizo en compañía de Manjiro Sano; alías, Mikey, su capitán. Se pasó todo el día a regañadientes tras haber perdido los Dorayakis en una disputa. De modo que pusieron fin al comportamiento infantiloide del rubio gracias a Hakkai, quien jamás hubiera imaginado que esa tarde acabaría distrayéndose de su penosa vida con tan solo verla. Pese a que el líder de Tokyo Manji aparentaba ingenuidad y sobre todo desconocimiento, contempló el cambio que supuso para su amigo conocer a Alexandra, aunque nunca habría caído en que ese brillo denotaba otro tipo de sentimientos; eran unos oscuros y lejanos a esa aura pacífica que poseía. O que siempre se había fardado por tener.

❝One-Shot | Tokyo Revengers❞Where stories live. Discover now