❝Takemichi Hanagaki❞

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—Soulmate;

Cada cierto tiempo, dibujas inconscientemente a tu alma gemela.

   Suelto el carboncillo cuando termino de sombrear su cabello azabache

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   Suelto el carboncillo cuando termino de sombrear su cabello azabache. Esta vez la imagen ha aparecido en mi mente con más precisión y menos opaca que en otras ocasiones, cuyos rasgos se pierden en el papel y, también, en mi memoria. Pese a que solo me dedico a retratar su perfil —y que nunca descubro el color de sus ojos— Desconocido tiene la barbilla marcada, por ello refuerzo aún más las líneas del dibujo y me aseguro de que estoy plasmando su viva impresión. Tiene la nariz respingada y redonda, le doy brillo en la punta con un lápiz blanco; hago lo mismo con otras zonas y… ¡Listo!

   Observo el folio, estampado por la calidez de un rostro que ni siquiera conocía, y me deleito el tiempo suficiente para que la noche caiga y mamá me llame para cenar. Por supuesto, bajo las escaleras a trompicones porque había detectado un delicioso aroma a sopa de miso, tempura, gyozas y demás entrantes. Aunque siempre había un ser monstruoso que se presentaba mucho antes que yo, pero que ese día no apareció por ningún lado.

   Mamá sonríe en mi dirección cuando le agradezco y felicito por la exquisita comida. Sin embargo, su mirada se queda fija en las escaleras por las que casi me desnuco. Las emociones que reflejan los ojos de mamá oscilan entre la preocupación y la impaciencia, y ambas son igual de amenazantes.

—Cariño, ¿podrías avisarle a Baji que baje a cenar? Tal vez está escuchando música y deseando que la tierra lo trague como todos los adolescentes a su edad.

—Pero mamá, Baji se fue esta mañana y no ha vuelto desde entonces—respondo.

   Siento una especie de intuición. Una sensación serpenteante arrastrándose por cada parte de mi cuerpo hasta instalarse en el estómago; nace, entonces, un nudo que me sacia el hambre, y giro la cabeza expectante a que mi hermano cruce la puerta en cualquier momento.

   Respiro profundamente, tratando de hallar razones por que ese engendro está preocupando a su madre y tonta hermana pequeña. Tal vez está reunido con sus colegas para planificar su cumpleaños que se aproxima dentro de tres días. O se enredó en una disputa, de esas que tanto adora formar. Puede que visitando escaparates y alucinando con las motocicletas que promocionan pero que nunca podría, ni aunque quisiera, permitirse.

   Muerdo la uña de mi dedo pulgar siendo reprendida por la mujer que tengo enfrente, me ha golpeado la mano y en una vasta mirada las palabras «Eso es impropio de una dama» se leen de forma clara y concisa.

—De repente tengo muchas ganas de ir al baño—digo tratando de esconder el nerviosismo que ha aflorado en mi interior luego de notar una vibración en mi bolsillo derecho—. Aguas mayores, mami, aguas mayores.

   Como tenemos prohibido el uso de teléfonos sobre la mesa (regla inquebrantable que dictó mi madre conforme íbamos madurando) me escabullo escaleras arriba y me apresuro en leer el mensaje que he recibido. Chifuyu Matsuno.

❝One-Shot | Tokyo Revengers❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora