¿Quién era la propietaria de esa melodía enigmática?
¿Por qué sus manos parecían tan naturales sobre aquel piano prohibido?
La curiosidad y el atrevimiento inundaban el ser de Mura. Sus pensamientos eran audaces pero también contenían un gusto culpa...
Era tan difícil de encontrar. Encontrar aquella melodía que lo había hecho erizar su piel por completo.
La ultima tarde de las inscripciones a la Academia Candance De música clásica y contemporánea. Una chica había tocado una melodía que Zack, jamás había escuchado. Él podía percibir como los dedos de aquella persona hacían magia en aquel piano prohibido.
Él pudo verla de espaldas. Traía un vestido negro y Sus uñas estaban pintadas de un azul cielo precioso, él se grabó en su mente lo que podía ver a una distancia larga, pero apenas aquella chica terminara de tocar su melodía él se acercaría a ella. Él no sabía a qué pero lo haría. Lo que si sabía era que estaba tocando el piano prohibido, pero ni ganas de interrumpirla tenia, su melodía era tan maravillosa que lo dejo anonado.
Toca como los mismos Dioses. Pensó Zack.
Zack se recostó contra la puerta haciendo que esta chillara y la melodía se detuviera. El cerró los ojos por dos largos segundos como si eso hiciera que ella continuara con su melodía pero no fue así. Cuando el volvió a abrir sus ojos la chica ya había salido corriendo por la puerta trasera del salón.
Claro que la siguió. Pero fue en vano, por que aquella chica misteriosa había desaparecido sin dejar rastro.
Su misión era encontrar a la chica que se había atrevido a tocar el piano prohibido y también dueña de ese sonido tan encantador, El cual se había convertido desde ese día en su Melodía Favorita.
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