5. 🎹

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Mozart

Rondo Alla Turca-Mozart



Mis dedos tocan las teclas de piano con delicadeza y concentración aun así dejándome llevar por la preciosa pieza de Mozart. Siento la mirada de Zack en mi nuca y solo me lo imagino sonriendo de lado mostrando sus dos perfectos hoyuelos.

Termino, me levanto del piano y me un pequeño mareo. Él me toma del brazo preocupado.

— ¿Estas bien? —Asiento, ya me quiero ir a casa—. ¿Es por el golpe que aún sigue en tu frente?

—Yo sí creo.

— ¿Crees? —Bufa—. Que irresponsable, ¿Qué te dijo la enfermera, Mura?

—Que tomara unas pastillas y aplicara una pomada.

— ¿Lo has hecho?

Uh.

No lo había hecho no porque no quisiera, sino porque se me había olvidado tomar las pastillas estos días.

—S-sí.

—Mentirosa

—Ya. Es mi problema, Howar.

—Ya.

—Ya.

—Deberías irte a casa.

—Me iré cuando quiera.

—Por Dios, Mura, estas mal—me regaña—. Sabe que, haga lo que quiera.

—Pues sí, hago lo que quiera y justo ahora me iré a beber hasta el cansancio.

—Pues vete.

—Pues me voy.

—También me voy.

Ninguno de los dos se mueve, el dolor de mi cabeza y el mareo me hacen tambalearme. Intente caminar hacia fuera pero fue en vano de la nada termine en los brazos de Zack sacándome de la terraza y llevándome a otra habitación.

— ¿Qué haces? Suéltame—mi voz se escucha un poco ronca.

—Deja de ser tan irritante—y la suya sonó fastidiosa.

Termine siendo lanzada a la cama como si fuera un pedazo de basura.

— ¡Eres un animal! ¡Bruto!

—Un animal que te va a dar una pastilla para el mareo, entonces si, si soy un animal.

—Idiota.

—Aun enferma eres una completa grosera.

—Ya. Déjame en paz—me acomode mejor en la cama, sus sabanas son muy suaves—. Regálame tu cama por favor, es muy cómoda.

—No—me largo un vaso de agua y me coloco una pequeña pastilla en la mano—. Y tomate esto, servirá para el mareo

Bufe. No podía negarme, el mareo y dolor era insoportable.

—Gracias.

—Al fin, pensé que soltarías alguna maldición o una queja—sonrió y me ruborice.

Lo único que he hecho durante la noche es ser grosera.

—Te llevo a casa—me paralice.

— ¿Qué? —está loco.

—Ya son más de la una, debes irte a casa, estas enferma—se puso una chaqueta de cuero negra que resaltaba con su pircing. Sus ojos azules resaltan mucho junto con su cabello.

Mi Melodia Favorita✔️Where stories live. Discover now