18. 🎹

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Impresionante


Zack

Me tomo más de media hora buscar a mi hermana para terminar encontrándola saliendo del baño de chicas, me dijo que se estaba maquillando por que saldría con un chico, le dije que se cuidara y que si quería que pasara a recogerla me avisara y se fue feliz.

Le envié un mensaje a Mura, diciéndole que la esperaba en el estacionamiento, un par de minutos después Mura, salió de la academia y entro junto a mí de copiloto.

— ¿Lavery? —cuestiono ella.

—Tiene una cita.

— ¿Una cita?—asentí—. No me dijo nada.

La observe un poco por encima del hombro y tenía la nariz roja y sus cachetes también, mientras que sus grandes ojos estaban de un verde claro a diferencia de otras veces que la he observado y los tiene un poco más oscuros. Es tan hermosa.

— ¿Almorzaremos en tu casa?

—Si—dije—. No te preocupes no hay nadie en casa a diferencia de la cocinera.

—Bueno.

La vi un poco preocupada, no pude evitar preguntarlo.

— ¿Todo bien? Estas rara.

—No te vayas a molestar—fruncí el ceño.

—Dime.

—Casi golpeo a Olivia en la cara, literalmente la amenace y luego la deje tirada en el suelo.

La observe sorprendido, no esperaba eso. Después de varios segundos comencé a reír, la vi sonrojarse de vergüenza.

—Estas rojísima—llevo sus manos a la cara para verificar

—No te burles. Casi muero de pánico.

— ¿Tuviste miedo de que te golpeara? —Pregunto sarcástico—. No chica Cobra kai, que decepción.

—Si claro. Yo miedo de ser golpeada.

—Me sorprende demasiado cuando en la fiesta que hubo en mi casa no temblaste ni un poco para enfrentarte a un chico que te pasaba por dos cabezas.

—No le tengo miedo a tontos con vives de tipos malos.

—No lo dudo.

Ella me sonrió y me sentí cálido, me sentí demasiado bien verla sonreír conmigo.

Partimos a casa, durante el trayecto el ambiente era tan agradable que me veía sonriendo todo el tiempo mientras la escuchaba cantar una canción de Adele. Set fire to the rain se escuchaba a todo volumen y sumando la voz de la ninja.

Escucharla me hace acordarme mucho a mama. Cuando salíamos de paseo en auto, ella ponía música de Adele a todo volumen y gritábamos sin parar. La recuerdo y mi espalada se endereza.

Entramos a casa y el olor a comida me inunda.

—Huele bien—digo.

— ¿Vamos a comer? —me mira suplicante y no puedo evitar sonreír.

—Andando, Pequeña Ninja.

—No soy pequeña.

—Lo eres, junto a mí.

Ella tuerce los ojos restándole importancia y nos acomodamos uno junto al otro ya en el comedor cuando sirvieron. Comimos en charlas y anécdotas de cuando ella recién empezó aprender piano.

Mi Melodia Favorita✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora