11. 🎹

330 58 8
                                    



11

Ensayo


En la cafetería me senté junto a Lavery ya que Nora hoy se había levantado con un dolor de cabeza horrible, su mama acaba de tener un bebe y lleva días escuchando el llanto de la pequeña.

Pido una malteada de fresa mientras reviso unas partituras que estaba terminando para mi melodía.

— ¿Qué canción es? —Lavery observa por largos segundos la hoja que tengo en mis manos.

—Es algo de Mozart, nada importante—guardo la hoja en mi cuaderno.

—Zack me dijo que necesita hablar contigo—sacó su teléfono.

— ¿Sabes sobre qué?

—Creo que es sobre los ensayos.

—Oh—no quise preguntar nada más.

—Mira—me señalo con la cabeza hacia el pasillo. Mierda—. Ahí viene.

—Lavery...—me levanto rápido—. Me tengo que ir, nos vemos.

—Pero...

Ya había salido corriendo de la cafetería hacia el pasillo del salón prohibido.

No quería hablar con él, más tarde le enviaría un mensaje cancelando los ensayos. Mentiré diciéndole que Nora se ofreció a ayudarme.

Antes de terminar el pasillo siento que me jalan del brazo adentrándome a un salón vacío.

—Mura.

La voz de Zack me hizo caer en cuanta que si me interesa el de sobre manera.

—Zack—enarco una ceja esperado a que hable.

— ¿Por qué me estas evitando? Ayer después de clases te busque y no estabas por ningún lado, te llame y te escribí pero...

—Deberías suponerlo.

—Sé que me estas evitando, pero quiero saber...

—No te estoy evitando, Zack. No todo gira a tu alrededor.

— ¿Entonces?

—Solo... Ya no quiero que me ayudes a ensayar—miento, quiero que él me ayude más que nadie.

—No seas ridícula y orgullosa, déjame ayudarte.

—No quiero—me zafe del agarre en mi brazo.

—Entonces, es porque no quieres—se pasa las manos por el cabello y me pone nerviosa su cercanía.

—No... Alguien más me ayudara, ya no tendré que molestarte...

—No seas tonta, yo me ofrecí después de todo. Somos amigos.

—No es eso es...—piensa, Mura piensa—. Nora me va ayudar.

Él se quedó callado por largos segundos y luego soltó una carcajada.

—Nora apenas y toca el violín, no me quieras ver la cara.

Abrí la boca para decir algo pero volví a cerrarla cuando el soltó a reír, mis mejillas se incendiaron y él lo noto.

— ¿Qué te pasa, Mura? —indaga—. Estábamos bien hace dos días.

—No pasa nada es solo que...—Se me acerco mucho, No, demasiado.

Mi Melodia Favorita✔️Место, где живут истории. Откройте их для себя