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*Narra Demián*

–me dispuse a ingresar a mis contactos almacenados en mi laptop buscando a Ducard, enlacé la video llamada esperando pacientemente mientras tomaba una excesiva carga de oxígeno intentando adaptar el ritmo de mis movimientos toracoabdominales. La llamada finalmente fue correspondida. —¿Demián?, cuanto tiempo sin saber de ti. –su voz se escuchaba entusiasta, le miré solemne.

—Lo mismo digo, necesito que nos veamos. –negó en repetidas ocasiones.

—Escucha, en estos momentos estoy con tu madre, no con Nyssa. Sabes que si se entera de que quiero verme contigo me obligará a llevarte hasta el templo para que correspondas con tus deberes..., te ayudé a escapar hace unos años, pero no creo que vuelva a funcionar.

—Correré el riesgo.

—No creo que estés comprendiendo lo que esta en juego, me castigarán por esto. –negué levemente.

—Estarás bien, sabes que yo te protegeré.

–suspiró. —Al menos explícame a que se debe tu decisión.

—No puedo permanecer aquí, al menos no, si quiero seguir cuerdo. –asintió con levedad.

—Te recogeré temprano en la dirección que aparece en los mensajes de la llamada, se puntual.

—Lo seré. –copié la dirección en el portapapeles para finalizar la llamada.

Tomé mi sien con cansancio, tantos años negando mi futuro como sucesor de la liga y ahora me veo obligado a corresponder si quiero salir de este estúpido lugar.

Las respuestas no quiero encontrar y me duele eso de no poder dormir.

Apagué el dispositivo para mantener clavada la mirada en el ventanal, estoy llorando ahora, pero no puedo pedir ayuda.

•Al día siguiente•

•En Metrópolis•

*Narra Jon*

–anoche en cuanto llegó mi padre me largué de ese lugar sin dar explicaciones, ahora, estoy afuera de la mansión del padre de Demián. Pretendía tocar la puerta cuando una voz me desconcertó. —¿Kent?, ¿qué haces aquí?. –lo miré con un semblante sereno.

–Vine a ver a Demián, ayer tuvimos un pleito y no quiso hablar conmigo.

—Es por eso es que está tan mal, –suspiró para abrir la puerta dejándome ingresar. —que alivio, pensé que tal vez sería algo más delicado. Ve con Demian y yo iré primero con Bruce.

–asentí para subir las escaleras hasta estar frente a la habitación de Demián. —¿Demián?, ¿puedes abrir?. –no contestó, decidí buscar su frecuencia cardíaca pero era nulo, no estaba aquí.

Forcé la cerradura ingresando a su habitación, la puerta de su armario estaba ligeramente abierta, al asomarme no habían prendas dentro de este. Usé mi visión de rayos x, para buscar algo valioso que haya olvidado.

No hallé nada, dirigí la mirada a su ordenador en donde se encontraba su laptop, me acerqué hasta esta encendiendo el dispositivo.

Iba a poner la contraseña cuando me salía la opción de pegar, accedí y una dirección fue la contestación. Sonreí ligeramente para salir volando hasta allá.

"Tu libertad es mía"Où les histoires vivent. Découvrez maintenant