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*Narra Demián*

-se apartó de mi cercanía para volver a sentarse tomando mi mano una vez más. -Te hará bien estar con tu abuelo y con tu tía-

-¿Nyssa volvió?. -cuestioné con la mirada perdida.

-Si, ella -limpió las pocas lágrimas que amenazaban con caer de su mentón con el dorso de su mano. -regresó tan pronto como se enteró de... tu situación.

-procesaba todo lo que salía de su boca. -¿Qué hay de Samuel?, procederán legalmente ¿no es así?. -asintió en respuesta provocando un dolor en mi pecho. -Entonces lo más viable es que permanezca aquí para estar al tanto del juicio.

-Bruce manejará todo lo administrativo aquí, estoy segura de que-

-¿A el no le importará si me voy?.

-No dije eso, yo-

-No necesitas decirlo, el ya lo ha hecho muchas veces. -acodé mi brazo recargando mi mejilla en la palma de mi mano.

-tomó aire con una respiración agitada. -Quiero tenerte conmigo, todo será como prefieras, y, si después de un tiempo te sigues negando a corresponder con tu legado, yo -suspiró inquieta. -aceptaré tu decisión. Solo quiero llevarte a casa, cariño. -comentó con un tono dulce.

-la miré incrédulo, ella... ella no puede renunciar a eso tan fácil, sería capaz de suplicar por eso, y, ¿justo ahora se está rindiendo de su perseverancia?... justo ahora creo en las palabras de la condesa de la mentira. -¿Cuándo tendría que marcharme?. -cuestioné cabizbajo.

-Mañana mismo si lo prefieres. -respondió de inmediato.

-asentí un par de veces. -Mañana, por hoy déjame solo. Tengo la cabeza hecha un lío justo ahora.

-asintió para levantarse tomándome de las mejillas concediendo un beso casto en mi frente, hace tanto no recibía estas muestras de cariño con las que solo ella me hacía sentir pleno. -Prepararé tus maletas, cariño. -sonreí afable en respuesta para verla marcharse.

Centraba la mirada en los arbustos y pasto del jardín desorientandome de todo mi alrededor.

Mi madre me hizo entender a golpes y torturas que algo como esto era inaceptable porque nunca sabía lo que podría pasar, y, por ignorar sus enseñanzas Samuel se aprovechó de mí distracción para destruirme la vida.

Me quitó el aliento tantas veces cuando necesitaba respirar que ya lo siento innecesario.

-Enano. -dirigí la mirada de reojo.

-Déjame en paz. -respondí de mala gana.

-Escucha, se que he cometido muchos errores y que te lastimé, pero necesito que sepas que aquí estoy. -se acercó hasta estar delante de mi, sé dejó caer de rodillas con los ojos cristalizados.

Jamás pensé verlo así.

-Todd... -pronuncié consternado.

-Solo quiero lo mejor para ti hasta el final. -tomó mis manos entre las suyas. -Tú sola existencia me consuela enano, no quiero que te vayas de mi lado. -desvié la mirada en busca de calma, no puedo estar tranquilo viendo la preocupación que ahoga su mirada.

¿Tan mal estoy como para preocupar tanto a Todd?.

-... Te amé y lo seguiré haciendo hasta el último día de mi vida. Eres lo único que me hace sentir completo. -lo miré atónito, sus manos se posaron sobre mis mejillas mientras sus labios aprisionaron a los míos en un remolino de sentimientos, fue en ese momento cuando comprendí que; las acciones abandonaron a la razón.

"Tu libertad es mía"Where stories live. Discover now