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[...]

*Narra Maya*

–tomé sus cabellos con fiereza tras sumergir gran parte de mi brazo dentro del pozo para tomar parte de su pecho con ambas manos recargando su cuerpo sobre los bordes de la piscina. Escuché el sonido de su tos para ponerme de pie. —¿Querías suicidarte con el agua que puede salvarte de la muerte?. –desvió la mirada notablemente cabreado.

—No te burles. –me agaché hasta conseguir su contacto visual.

Claro que quería burlarme por su acto tan estúpido, pero justo ahora me interesa algo con más vitalidad.

—Creí que estarías bien una vez que te alejaras de ese lugar.

–tronó la boca. —No es tan fácil olvidar un trauma de esa magnitud, Ducard.

—Creí- —¡Yo también lo creí!. –su pecho subía y bajaba con frenesí mientras las gotas de su cuerpo y cabello caían al suelo. —Yo también lo hice... –un par de sollozos se apoderaron del lugar forzandome a hundirlo en un abrazo, accedió deseoso de afecto, comprensión y ayuda.

Me parte el corazón apreciarlo de esta forma.

—Ya estás a salvo. –concedí un beso casto sobre su empapado cabello.

Mientras sus lloriqueos se hacían cada vez más resonantes mis pensamientos también lo hacían, la única persona que lo hizo sentir mejor con solo un par de palabras fue ese sujeto de carácter similar.

[...]

—¿Pero qué estás pidiendo?. –cuestionó aturdida.

—Es la única alternativa que se me viene a la mente, tu hijo podría despojarse de su vida de una u otra forma y el único a quien realmente podría hacerle caso es a ese tal Peter.

–visualizó a Ra's. —¿Consideras que la solución sea tener bajo el mismo techo a una persona del mismo sexo que tiene intenciones carnales con el?. No quiero presionarlo. –desvié la mirada.

—Sé que tal vez no sea lo mejor, pero no veo otra alternativa.

|Con Demián|

*Narra Demián*

–admiraba las fotografías y retratos de todo nuestro linaje mientras me aferraba a mis ropas con dolencia, solía ser una leyenda y ahora no soy ni las cenizas de mi pasado.

Solté un suspiro agobiante aferrandome con el doble de fuerza a mis ropas. —No pertenezco aquí. –di la vuelta recorriendo los pasillos del palacio, me estoy rompiendo por dentro y me duele tanto el saber que estoy perdiendo la cabeza.

|En Gotham|

*Narra Jason*

–ingresé a la mansión botando el casco en alguna parte del recibidor. —Vaya que luces exhausto. –le miré con desprecio para intentar ignorarlo. —No ha querido saber nada de ti, he. –soltó una pequeña risa haciéndome hervir la sangre.

—Me buscó a mi, debe estar pasándola mal como para no contactarme. –respondí con el tono más sereno que tenía, evitando las ganas de tomar mi celular y enlazar una llamada.

—Quizás se equivocó de persona. –lo miré atónito. —No le convienes en nada, no eres el ejemplo que necesita en-

—¿Ejemplo?, ¡¿quieres hablarme de ejemplos, bastardo?!. –sentía mi respiración acelerada, mis manos comenzaban a sudar. —Todos aquí siempre dudaron de mí, empezando por el idiota que supuestamente le heredó su sangre a Demián. Pude salir adelante y afrontar todos mis traumas, ¡nunca fuimos una familia!. –se levantó postrandose delante de mi.

"Tu libertad es mía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora