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•En la fortaleza•

*Narra Demián*

–Una bomba de tiempo, así podía describir perfectamente al idiota que acaba de largarse después de darme una lección.

Mi vista se perdía en las cadenas que mantenían cautiva mi libertad, el entumecimiento de mis extremidades inferiores me hacia implorar por movimiento, enserio me metió en una jaula y estoy plenamente seguro de que no saldré en un buen tiempo.

•En Metrópolis•

*Narra Jon*

–nadie parece sospechar nada de mi, nisiquiera el padre de Demián..., parece que le creyó más a mi padre que a su propio hijo. Si estuviéramos en otros términos esto lo resolveriamos con una salida al parque de diversiones, hablaríamos de todo y nos daríamos un abrazo. Pero, no son los viejos tiempos y no puedo cambiarlo.

Tal vez si no estuviera tan obsesionado con el, podría implorar clemencia.

Suspiré vasto para ingresar a mi apartamento, metí ropa extra en un par de maletas y tomé una caja algo grande portando una sonrisa maliciosa.

Además, llevé conmigo un poco de chocolate negro, fresas y Ginseng.

•En el Imperio•

*Narra Talia*

–me encargaba de supervisar el acomodó de mis pertenencias en el auto enfocando la vista en Maya, quien iba llegando con un aspecto mustio. Le prohibí el paso. —Maya, ¿en dónde estabas?. -me miró atónita.

—Eh, y--yo... –desvió la mirada y enfurecí una vez más.

—Si tiene algo que ver con mi hijo más te vale que me lo digas ahora. –guardó silencio. —¡No sabemos en donde está!. –me miró exaltado para negar levemente.

—Dijo que quería verme, que quería huir de la ciudad en la que estaba y, que solo así podría seguir cuerdo. –asentí levemente recapitulando todo. —Le dije que nos veríamos cerca de una fábrica, pero..., nunca llegó.

—Me dirijo hasta Gótica, vendrás conmigo. –entro al auto primero, unos minutos después el auto arrancó.

[...]

•En Gotham•

*Narra Dick*

—Esto no tiene sentido Bruce, solo marcaste para preocuparla, ¿Crees que no vendrá?. –me fulminó frío.

—Jamás vendría, a ella no le importa nadie que no sea ella.

—No creo eso, little D siempre habló muy bien de ella y-

—¡Entonces se hubiera largado con ella!. –una disputa comenzaría de no ser por el timbre que resonó en ese momento. Alfred fue a abrir.

—¿Pueden dejar de comportarse como idiotas?, Demián está desaparecido y ustedes están a una palabra de liarse a golpes. –asentí sin despegar la mirada de Bruce.

"Tu libertad es mía"Where stories live. Discover now