...26...

646 50 6
                                    

|En el templo|

*Narra Jason*

—permanecía en silencio a su lado mientras disfrutábamos de la maravillosa vista del jardín perfectamente cuidado, las palabras de su madre resonaban en mi cabeza, consiguiendo desviar mis pensamientos. —¿Sucede algo?. —cuestionó arqueando una ceja.

—negué con levedad para dedicarle una sonrisa ladina. —Te extrañé mucho. —nuestras miradas se encontraron un par de segundos creando una calidez reconfortante.

—asintió con levedad desviando la mirada. —Tengo miedo, Todd. —lo miré atónito, intenté tomar su mano pero la apartó casi de inmediato, dejando innumerables dudas en mi interior.

—Cariño —, Detente. —ordenó tajante y suspiró poco después, poniéndose de pie. —Conner me encontró siguiendo mi patrón cardíaco —tragó duro evitando mirarme. —. Sé que el está bien custodiado, pero me aterra la idea de que pueda hacerme daño de nuevo... N_no creo ser capaz de soportarlo. —su voz entrecortada me provocaba escalofríos, sé mejor que nadie lo mal que está en este momento y no quiero perderlo.

—me acerqué hundiendolo en un abrazo. —No permitiré que suceda, Demián. No mientras yo viva. —acarició mi espalda con gentileza, sé que un trauma tan fuerte no es fácil de afrontar y menos de olvidar, pero seré fuerte por ambos.

[...]

|En Metrópolis|

*Narra Conner*

—ingresé a la que antes era mi casa buscando en todas direcciones la presencia de Clark, sin tener mucha suerte. —Maldición. —farfullé molesto, planeaba irme cuando un sonido detrás de mí me hizo echar un vistazo.

—¿Tan pronto estás aquí?, creí que —. Te dije que fueras sincero —parlé cabreado —, me molesta que ocultes hechos tan graves cuando fuiste tu el que me mandó a buscarlo. —tragó duro, manteniendome la mirada.

—Entiendo la situación, pero no podemos dejarlo solo en todo esto. —comentó con un tono melancólico, esperando que compadeciera sus acciones.

—revolví mis cabellos exasperado. —No te ayudaré a sacarlo de ese lugar, el solo se metió allí y el solo puede salir.

—En eso estamos de acuerdo. —mis pupilas dilatadas revelaban el pavor que sentía, mi corazón latía más rápido de lo normal y mi cuerpo se congeló en el momento que mis oídos percibieron su tono canturrón.

Mi ventilación aumentó de manera impresionante.

—observé detrás de mi percatandome de su presencia, las palabras se atoraron en mi garganta haciéndome sentir sofocado.

—No necesité nada de ti y tampoco ahora. —soltó malhumorado mientras sus orbes rojizos me miraban atentos.

—No vas a ganar esta, te sugiero que te resignes. —rió por lo alto para mostrarnos un poco de kryptonita, la dejó cerca de nosotros para acercarse poco después.

—Los únicos que se resignarán son ustedes. —la debilidad a la que sucumbia mi cuerpo era escalofriante, casi indescriptible. Caí sobre mis rodillas visualizando su monótona expresión.

"Tu libertad es mía"Où les histoires vivent. Découvrez maintenant