"Tu libertad es mía"

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[...]

|En Gotham|

*Narra Demián*

–todo el camino fue terrible, la sensación de ahogamiento y el llanto retenido en mi garganta lo hacía todo más difícil, todos querían consolarme, intentaban de mil y un maneras acercarse a mi con un blanco anhelo de calmar mis traumas.

Si, claro; como si hubiesen mostrado el mismo interés hace un par de meses.

Ya no quiero pensar en nada, si pienso en lo que pasará con Samuel solo empeoraré y ya no me quiero sentir así.

Finalmente consiguió mi pérdida de cordura hacia el, me corrompió de la peor manera posible; torturandome, replicandome su comportamiento y culpandome de todo. La pregunta es, ¿realmente yo provoqué todo esto?, ¿pude haber hecho algo para evitarlo?, ¿qué puedo hacer para frenar los deseos de terminar con todo este sufrimiento?.

¿El suicidio sería el mejor camino?.

Cuando llegamos hasta la mansión, Slade bajó a Samuel con unos fragmentos de Kryptonita consigo, Grayson y Jason me guiaron hasta la puerta ingresando después de mi.

*Narra Tim*

–bebía mi quinta taza de café en espera de Demián, realmente necesito hablar con el e implorarle que me perdone, mis acciones del pasado... fueron muy crueles. La puerta se abrió mostrando a Richard, Jason, Demián y Wilson, quien retenía a Kent con el. —Talia, ¿en dónde te dejo a este tipo?. –cuestionó ignorando la presencia de casi todos.

—Nosotros nos encargaremos de el, puedes retirarte. –se intentó acercar a Demián siendo esquivada por este.—Gracias por tu ayuda, Slade. –respondió mirando extrañada al chico.

Es una conducta completamente normal después de todo el infierno que debió pasar.

—No hay nada que agradecer, –dirigió la mirada a Demián. —espero verte recuperado muy pronto, chico. –lo ignoró para dirigir la mirada al hijo de Clark, ¿por qué luce tan preocupado por el?.

Su rostro se ve muy mal, debería preocuparse por sí mismo y por las agresiones físicas que manchan su cuerpo.

Mientras todos los demás integrantes de la familia intentaban acercarse sin éxito alguno a Demián, Bruce se encontraba hablando con Clark en su despacho, era obvio que ese sujeto lo defendería de todo lo que se le culpa.

Te prometo que lo que ese mal nacido te hizo no quedará impune.

[...]

*Narra Bruce*

—Como puedes ver, tu primogénito es el culpable del pésimo estado de mi hijo. –tomé aire fulminandolo con la mirada. —Está vez soy yo el que no quiere a tu hijo cerca del mío, permanecerá bajo arresto hasta que la corte otorgue una pena justa. –me miró exaltado.

—Yo... entiendo lo que le hizo a tu hijo, pero ¿dejarlo en prisión por esto no te parece exagerado?.

–lo miré atónito, enfurecí poniéndome de pié. —¿Exagerado?, ¡tu bastardo secuestró a mi hijo!.

–desvió la mirada.

—Quiero que sepas, que llegaré hasta las últimas consecuencias.

—Lo mismo digo. –se puso de pié.

–una guerra de miradas inició hasta que llamaron a la puerta. —Bruce, necesitamos que salgas.

–Pasé de largo hasta salir del despacho. —¿Qué sucede Richard?.