Oriana Iglesias es una actriz renombrada de gran trayectoria, pero no está en su mejor momento. Su última película no ha salido bien y por si eso fuera poco está atravesando una ruptura tempestuosa.
Ramiro Colombo es un actor de teatro que acaba de...
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Lo que sucedió hoy en la grabación me pareció tierno, no sé por qué, pero fue así. Pero primero, tengo que decir que disfruté mucho de grabar esas escenas.
Fue extraño, he grabado varias escenas similares en miles de ocasiones y nunca he sentido absolutamente nada más que incomodidad o nervios, sin embargo, estar ahí con él se sintió cómodo. Su piel, sus caricias, su mirada... no lo sé, he oído hablar a algunos compañeros de trabajo que sucede a veces, que tienes mucha química de piel con el otro actor y que eso traspasa las pantallas. A mí nunca me había pasado, hasta ahora...
Y luego él tuvo una erección. Yo lo noté enseguida y pedí que detuviéramos la grabación. Sabía que se iba a sentir incómodo y no quería que eso sucediera.
Para mí es algo natural, no siempre sucede, pero a veces sí, y hay que tener en cuenta de que él es muy nuevo en todo esto, no tiene experiencia... Me acerqué a él para tratar de calmarlo y verlo así tan perturbado y avergonzado me generó una especie de ternura que creo no haber sentido antes.
Quizás es por eso por lo que ahora lo estoy yendo a buscar a su camerino, quiero invitarle a tomar un café y conversar. Es casi las siete de la tarde y hemos acabado ya lo de hoy, tuvimos varias escenas juntos en el día.
También he hablado con Alessia, le he pedido que dejáramos las escenas más fuertes para rodar hacia el final, así él y yo nos conocemos mejor para que haya más confianza y él se sienta más a gusto. Ella estuvo de acuerdo, es algo que se suele hacer cuando los actores no se conocen y las escenas son fuertes, pero, sobre todo, le llamó la atención mi petición.
—Así que estás preocupada por el chico —me dijo y levantó una ceja como si aquella oración significara algo más.
—Preocupada no, pero me cae bien y está muy nuevo —respondí yo.
Ella solo me guiñó un ojo y yo no dije nada más.
Cuando llego a su camerino lo oigo hablando por teléfono, la puerta está entreabierta y decido esperar a que acabe para ingresar.
—Sí, Vero... fue intenso... No, para nada, nada desagradable, es más... creo que ha sido el mejor beso que he tenido hasta ahora... Lo sé, es triste porque ni siquiera fuera un beso real —ríe.
Yo también río y me acerco aún más.
—Ya lo sé, ya sé que solo te preocupas por mí... no soy tan tonto, Vero... sé que todo esto va a acabar, no te preocupes no voy a confundir nada... tú tranquila... gracias... adiós.
Espero un rato y luego golpeo.
—¿Quién? —inquiere.
—Yo...
Al minuto está delante de la puerta, sin camiseta y solo lleva puesto los jeans. Lo miro de arriba abajo y solo puedo pensar que se ve guapo y sexy.
