Capítulo 37 🎬

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Hace un mes que no sé nada de Oriana, Luana me dice que está bien, que siempre se mantiene en contacto y que está disfrutando mucho de su viaje, pero la verdad es que yo no he hablado con ella desde que recibí su último mensaje antes de viajar

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Hace un mes que no sé nada de Oriana, Luana me dice que está bien, que siempre se mantiene en contacto y que está disfrutando mucho de su viaje, pero la verdad es que yo no he hablado con ella desde que recibí su último mensaje antes de viajar.

La extraño mucho, pero no me permito dejarme llevar por ese sentimiento. Sigo sin comprender del todo por qué terminamos, entiendo que necesita un tiempo y también que ella no quiere volver a vivir lo que yo estoy viviendo ahora, pero sigo sin comprender por qué si nos amamos no es suficiente para estar juntos.

En este tiempo me he hecho muy cercano a Melanie, es una mujer unos diez años mayor que yo que trabaja en la película que estoy rodando ahora en un papel secundario. Nos comenzamos a hablar un día que yo estaba muy triste y ella lo notó, me invitó un café y me preguntó si quería hablar. Le dije que no, y ella no dijo más, pero se sentó a mi lado por un par de horas y esa compañía hizo que me sintiera menos solo.

Melanie se está divorciando, está triste porque no sabe bien cómo seguir su vida luego de un matrimonio largo. Se llena de trabajo a modo de no pensar y creo que en eso estamos iguales. Por las tardes solemos encontrarnos en la cafetería y pasar el rato comentando un poco sobre nuestros días, a veces en silencio y otras hablando sobre lo que le sucede.

—Yo sé que tú tienes el corazón roto —Me dice de pronto esa tarde. Nunca le he hablado de Oriana porque luego de lo que pasó con Camila he aprendido que en este ambiente uno no puede solo hablar y no quiero más problemas de ese estilo. La prensa le ha perdido el rastro a Oriana y llevan un poco más calmados, aunque a mí siguen preguntándome todo el tiempo.

—Hmmm —murmuro quitándole importancia.

—Sí es cierto lo de Oriana Iglesias, ¿no? —inquiere mirándome tras su taza de café.

—No sé si quiero hablar de eso —respondo con sinceridad.

—Es una buena muchacha —menciona—. La conocí hace unos doce años, yo intentaba llamar la atención de alguien de la industria, ella ya era famosa y estaba en su mejor momento. No ha tenido una vida fácil, bueno, casi nadie la ha tenido, pero lo de ella ha sido peor...

La miro con atención y ella sonríe al notar mi entusiasmo.

—¿La amas? —inquiere y yo levanto mis cejas sorprendido por lo directo de su pregunta, mas no respondo—. Vamos, Ramiro, puedes confiar en mí...

Suspiro.

—La amas —afirma y asiente.

—El problema no es el amor, es justo por eso que no logro comprender —asiento y me animo por fin a hablarlo porque siento que si no lo hago voy a explotar—. Ella dice que me ama y yo la amo, pero... dijo que estamos en diferentes caminos, o algo así...

—Tiene sentido y no es tan complicado de entender —afirma al tiempo que se sirve más café.

—Sí, lo comprendo, ella sale de este ambiente en el que yo voy entrando, sé que es un mundo complicado... pero ¿acaso el amor no es suficiente?

La vida NO es una película 🎬Where stories live. Discover now