Capítulo 24 🎬

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El tiempo pasó volando, la Navidad se hace presente en cada esquina de la ciudad y me encanta, ya solo queda un día de grabación antes del receso por las fiestas y yo viajo a casa en dos días

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El tiempo pasó volando, la Navidad se hace presente en cada esquina de la ciudad y me encanta, ya solo queda un día de grabación antes del receso por las fiestas y yo viajo a casa en dos días. Estoy ansioso por encontrarme con mi gente y abrazarlos.

La cosa con Verónica se ha complicado un poco, pero pretendo que lo hablemos mejor una vez que esté por allá. Conversamos por videollamada una semana después de aquello y me ha dicho que fue una confusión del momento, que lo olvidara y no la tomara en serio, pero para mí que hay algo más en todo eso, le dije que hablaríamos una vez que estuviera allá.

Lo cierto es que no siento por ella nada que no fuera amistad, pero tampoco me gusta que estemos distanciados, que nos sintamos incómodos. Casi no hemos hablado estas semanas.

Con Oriana la cosa también ha sido complicada, nos hemos acercado mucho en la última conversación, pero hemos tenido que grabar tantas escenas candentes que no me sentía listo para estar tan cerca de ella luego de esas escenas. No sé por qué, pero puede que ella lo malinterpretara y eso me preocupa. Pienso conversar con ella hoy cuando acabe la jornada.

Al llegar al set todos me saludan, algunos me felicitan y no comprendo bien por qué. Grabamos las escenas que debíamos grabar que ya no son muchas y que, en su mayoría, son con otros personajes, así que casi no veo a Oriana en todo el día.

Cerca de las seis de la tarde estoy libre y voy a buscarla. La encuentro en su camerino, pero cuando me mira se ve enfadada.

—¿No pensabas decírmelo? —inquiere apenas me ve.

—¿Decirte qué? —pregunto y paso.

Ella me tira una revista de chimentos donde estoy besándome con Verónica en la estación. El título dice «La misteriosa muchacha que ha conquistado el corazón de Ramiro Colombo».

—¿En serio vas a creer estas cosas? —inquiero y me rio—. Como si no supieras en qué mundo vivimos...

—Creo en lo que veo: tu boca y la de Verónica, juntas...

—¿Y estás celosa o qué? —pregunto divertido.

—No, solo me molesta que yo te cuente todo y tú no seas sincero conmigo. Dijiste que era una amiga.

—Es una amiga, Oriana... Ese día se iba... me besó, no sé por qué... No lo hablamos mucho, solo me dijo que se confundió y que lo olvidara... iba a contártelo, pero lo de nuestras escenas y todo lo que hablamos... andábamos un poco distantes.

—Sí, pensé que te alejabas de mí por todo lo que ya sabes.

—No... A ver —digo y me siento para que me mire, la tomo de las manos y ella fija sus ojos en mí. Se ve como una niña temerosa de lo que le vaya a decir—. No voy a correr de ti, ya te lo dije, pero debes comprender que las escenas que grabamos me han abrumado... necesitaba espacio luego de ellas para respirar y tranquilizarme... me afectaban mucho, esa es la verdad y no quiero mentirte ni que pienses mal. A lo mejor todavía soy un actor muy novato... —bromeo.

La vida NO es una película 🎬Where stories live. Discover now