ᴘᴏᴇᴛɪᴄ ɢɪʀʟ |ꜱᴀɪᴅᴀ|

Four

–Im Nayeon– Sonrió, estirando su mano para ser besada por el chico.

Yo rodé los ojos.

–Que hermosa– Me susurró Momo– Así que eres la cita de Sana–

–Ah, no, no. Solo somos... Eh– Lo dudó.

–Amigas– Afirmé.

–Oh, bueno, aunque sea es un progreso– Dijo Momo con burla.

"Maldita"

–Bueno, Bunny, cuéntame ¿Cómo terminaste con este ser tan aburrido?–

Y así prosiguió nuestra "cita doble" en la que terminó habiendo más química entre Nayeon y Momo. El pobre chico y yo, terminamos siendo el mal tercio de esta ridícula tarde.

"No puedo esperar al fin de semana"

°°°

–¡Hey!– Me saludo una alegre chica de dientes de conejo.

–Hola, Nayeon– Aún no podía sentirme completamente cómoda con ella.

–¿Cómo estás?–

–Bien– respondí sin más. Mentira, no estaba bien.

Tzuyu había decidido desbloquearme de las redes sociales, no sé hace cuanto, pero ayer lo descubrí de la forma en la que menos quería, quizás.

Una foto increíble, de ella y si nueva novia, la misma chica que había ocupado mi lugar. La misma chica que seguramente había llenado de calor y besos a Tzuyu, mientras yo la esperaba en nuestra fría habitación.

Y yo aquí... Mi primera cita en mucho tiempo fue con Nayeon.

–¿Quieres hablar de eso que te molesta?–

–Te dije que estoy bien– Cerré mi cuaderno de mala gana.

–Sana– Me miró seria– Fui tu amiga el tiempo suficiente para conocerte. Ya no eres esa Sana brillante, alegre y torpe que conocía–

–Solo has vuelto a hablar dos veces conmigo– Dije molesta.

–Deja de decir estupideces y habla de una vez, Minatozaki–

Cerré los ojos con fuerza. Respiré profundo y...

–¡Es por Tzuyu, maldita sea! Pero tú querías que ella y yo termináramos ¡¿Estás feliz ahora Im?!–

Esperaba que me observara con enojo, por haberle gritado. Pero todo lo contrario, sus ojos solo me mostraban culpa y arrepentimiento.

Nayeon no mentía... 

–Sana– Suspiró– Ven aquí–

–¿Qué?–

Sus brazos me rodearon y me apretaron contra ella. Me estaba abrazando. Y dejé que lo hiciera, por unos largos minutos... Lo necesitaba.

–Cuéntame ¿Qué sucedió?–

Yo me recosté contra su hombro y dejé que me acariciara la espalda.