Nineteen

462 64 3
                                    

Ya llevábamos cuatro días durmiendo juntas, nos acostabamos y hablábamos casi por una hora sobre nuestros gustos, sobre sucesos en nuestras vidas, conociéndonos aún más.

Su familia le había dado la espalda cuando sus padres habían fallecido. Así que para su suerte... Al menos en ese momento, Momo estaba en su vida, su relación es más larga de lo que pude creer.

Decía que extrañaba estudiar. Pero se conformaba con escribir y leer por su cuenta, aprendiendo más sobre la literatura.

Aunque no le creí, no se veía nada feliz contándome cómo era su vida fuera de este pequeño paréntesis que está teniendo por suerte gracias a el viaje de Momo.

Siempre que íbamos a dormir me agradecía, por todo, en parte me alegraba porque significaba que conmigo estaba cómoda y feliz... Pero era triste, saber que pronto todo eso acabaría para ella y tendría que volver a los maltratos y engaños de Momo.

"Tienes que hacer algo al respecto, Minatozaki"

–Sana ¿Estás bien?–

–¿Eh? Sí, Dahyunie. Lo siento– Me había pillado pensando demás.

–Tengo que ir a trabajar en dos horas ¿quieres que te haga el desayuno?–

–Claro. Yo iré a bañarme mientras tanto–

Ahora estábamos durmiendo juntas en mi habitación, mi cama era más cómoda y más amplia, aunque al final terminábamos durmiendo abrazadas ocupando muy poco espacio.

Solo nos brindamos calor la una a la otra, porque tal parece no recuerda en absoluto el beso que me dio aquella vez que estaba ebria.

Igual, nuestra relación había pasado a ser ligeramente más íntima. Y yo estaba feliz, felizmente enamorada de esta chica.

–¡El desayuno está listo!– La escuché decir.

Salí de la ducha y me puse una simple bata para poder desayunar.

–Te hice unos deliciosos panc- ¡Sana!– Tapó su rostro con sus manos.

–¿Qué? ¿Qué pasa?– Dije como si nada sentándome en la mesa.

–E-Estás en bata...–

–Oh– Metí un pedazo de pancake a mi boca– No sé me ve nada y no me importa tampoco–

–¿S-Segura?– Dijo bajando las manos lentamente.

–Sí, ahora ven y come. ¡Están exquisitos!–

Con las mejillas completamente encendidas se sentó al otro lado y tímidamente comía, sin despegar su vista del plato de comida.

Terminamos de comer, aunque yo lo hice primero que ella puesto que pronto tenía que entrar a clase. Ya estaba lista para irme y ella aún seguía en la cocina.

–Dahyunie, ya me voy. ¿Qué tanto haces?–

–Te preparé algo por si te da hambre allá–

–Oh... Eso es, eres muy linda, Hyunie. Gracias–

Lo puso dentro de mi mochila y me acompañó hasta la salida.

–Suerte–

–Nos vemos, Hyunie– Le di un beso en la mejilla.– Volveré más tarde– Dije, quitando ese estúpido recuerdo de mi mente.

°°°

Había sido un día completamente agotador. Tuve muchísimos horarios este día y solo quería sentarme a descansar un momento.

ᴘᴏᴇᴛɪᴄ ɢɪʀʟ |ꜱᴀɪᴅᴀ|Where stories live. Discover now